Padre del Aula: 207 años del nacimiento de Sarmiento

Poco menos de un año después de haberse dado los sucesos de la Semana de Mayo, el 15 de febrero de 1811, nació en San Juan Domingo Faustino Sarmiento. Un autodidacta empedernido que estudió más afuera de la escuela de lo que se cree.

Solo cursó sus estudios primarios en la escuela creada en San Juan por el gobierno de la Revolución en 1816; era una de las llamadas “Escuelas de la Patria”. Se vivía un aire realmente revolucionario y Sarmiento mostró desde chico su vocación por el estudio. Se negó a hacer el sacerdocio al que lo impulsaba su madre, y solicitó una de las becas que Rivadavia otorgaba para el nuevo Colegio de Ciencias Morales (el actual Colegio Nacional Buenos Aires). Las becas eran para 6 chicos de las provincias del “interior”; en San Juan, Domingo Sarmiento no fue sorteado y ya no estudiaría formalmente en ningún lado.

Sarmiento quizás faltó a la escuela o quizás nunca lo hizo. Lo cierto es que estudió solo unos pocos años en el Nivel Primario, luego se dedicaría a estudiar por su cuenta o con ayuda de familiares. Su tío, José Oro, le enseñó latín. A él acompañó en su exilio a San Luis en 1825 y junto a él fundarían una escuela. Volvería a intentar conseguir una beca para estudiar en Buenos Aires, pero tampoco la conseguiría.

Si bien es reconocido como parte de la “Generación del 37”, Sarmiento es el único que no tuvo nunca un título universitario. A diferencia de Echeverría, Alberdi o Gutiérrez, Sarmiento tuvo que estudiar por su cuenta. Motivado por la coyuntura política y el maltrato de Quiroga, se uniría a la causa unitaria y, por ello, se vería obligado a huir a Chile. Cuentan que en un paso fronterizo escribió, en francés, que las ideas no se matan. Frase que lo perduraría tras su muerte.

Sarmiento se opuso siempre a Rosas e intentó desprestigiarlo a través de diferentes publicaciones que él mismo dirigía. Pero sus escritos contra el despotismo rosista chocan contra la felicidad con la que relata la victoria de los unitarios bajo métodos de suma violencia y coacción física. Al igual que los políticos de su época, Sarmiento no creía en las elecciones limpias, secretas y libres.

A partir de su trabajo con el gobierno chileno, durante su exilio, Sarmiento conoció diferentes sistemas educativos y se propuso extrapolarlos a la Argentina cuando, con el apoyo de Mitre, le otorgaron la supervisión del sistema educativo nacional. Trajo, entonces, maestras estadounidenses para enseñar en Entre Ríos, en el primer colegio Normal de Paraná.

La candorosa ingenuidad de Sarmiento no debe ser comparada con otros intentos liberales de extrapolar sistemas educativos hacia nuestras latitudes. Claramente, la construcción de un sistema nuevo impuso una serie de alternativas que fueron elaboradas para finalmente definirse por un sistema de apropiación anglosajona de formas ya existentes. Tristemente, 150 años después, seguimos creyendo que lo mejor que se puede hacer para nuestra educación, es copiar modelos del Norte.

Igualmente, es indiscutible que la figura de “Civilización o Barbarie” (acuñada, o también extrapolada, por Sarmiento desde su libro homónimo) marcó el camino de un modo de ver de los argentinos que en algunos temas sigue vigente. Para Sarmiento, la educación debía ser para todos, aunque los hombres del sur americano tenían menos chances de poder aprender algo que los hijos del inmigrante europeo. De esta premisa surgen las políticas proclives a traer inmigrantes para poblar nuestro “desierto” tras la exterminación de los indígenas de la Patagonia. Esto, igualmente, sucedería tiempo después de su presidencia. Tras el gobierno de Mitre, Sarmiento sería elegido presidente mientras aún estaba de viaje recolectando información sobre el sistema educativo norteamericano.

De más está decir que la piedra fundacional de un sistema educativo laico, libre y gratuito se la debemos a Domingo Faustino Sarmiento. Exaltar su memoria socavando su obra no debería ser el propósito de ningún gobierno liberal que sostenga en Sarmiento a uno de los próceres de nuestra Argentina.