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San Martín, Rosas, Perón

El 3 de febrero es una fecha bastante olvidada en nuestro país. Extraño, teniendo en cuenta el valor de las efemérides que con ella se pueden contar. Por ejemplo, fue un 3 de febrero que se fundó por primera vez el puerto de Buenos Aires hace casi 500 años (en 1536).

Cuando en Buenos Aires se habla de 3 de Febrero, se piensa en uno de los 135 partidos de la provincia. Poco se piensa en su relación con dos grandes generales de nuestra historia: San Martín y Rosas.

Hoy se cumplen 205 años del combate de San Lorenzo (1813), aquel que libró José de San Martín en territorio argentino y que sirvió para demostrar su singular habilidad estratega. En lo que ahora es Capitán Bermúdez, San Martín logró emboscar al ejército realista dirigiendo su regimiento de Granaderos a Caballo. Luego, San Martín se involucraría en la gesta que lo llevó a los libros escolares: el cruce de los Andes.

Exiliado ya en Francia, San Martín reconocería a través de una carta (junto con la que le entregaría su propio sable) al otro general que nos compete recordar. Juan Manuel de Rosas gobernó Buenos Aires entre 1829 y 1852. El 3 de febrero de 1852 participó en la Batalla de Caseros, rindiéndose ante el General Urquiza y dando paso al pacto federal que convergería en la Constitución Nacional.

Los gobiernos liberales han sabido corromper la imagen de Rosas a partir de sus errores, sin destacar ninguno de sus aciertos. Así, Rosas pasó a la historia como un tirano al que rescataron los historiadores peronistas. Algo parecido a lo que harían luego con Perón los gobiernos posteriores a 1955.

El 3 de febrero se rescató como fecha patria, justamente, por el gobierno de facto que derrocó a Perón en el 55. Entonces, se encumbró la figura del General Urquiza y se dotó la fecha de valor revolucionario. Fue entonces que se dividió parte del Partido de San Martín para crear el Partido de Tres de Febrero.

Para los que afirman incansablemente que se puede gestionar sin hacer política, bien valen estos ejemplos. Imposible celebrar una fecha patria sin dotar de sentido ideológico una acción, un nombre o una idea. Cuando en 2013 se nombró la estación de subte de la línea B Juan Manuel de Rosas (ya que la actual Avenida “Monroe” así se llamó antes de la última dictadura), rápidamente se buscó –al menos- aliviar el nombre tiranesco de la estación, agregándole el “Villa Urquiza” a su lado.

Así, desde 2015, conviven en la última estación de nuestra línea B de subte las dos caras que se enfrentaron en 1852 por el destino de un país que aún no era Argentina.