En nuestra vida diaria es imposible obviar que la tecnología que nos rodea avanza a pasos agigantados: desde las funciones que puede realizar un teléfono celular hasta el surgimiento de nuevos electrodomésticos para el hogar. Cada vez es más fácil encontrarnos con dispositivos que intentan facilitarnos la vida, automatizando procesos de nuestro día a día.
Estamos hablando de la inteligencia artificial, que se encuentra muy lejos de hacer referencia al devenir de una invasión de robots, como nos ha hecho creer la ciencia ficción. Para simplificarlo, este concepto nos indica que existen ciertos dispositivos que, a partir de esta tecnología, son capaces de generar respuestas automáticas y programadas, junto con la recopilación de datos que sean importantes. Pero son incapaces de tomar decisiones independientes.
Actualmente, la inteligencia artificial se utiliza de diversas formas:: asistentes de voz de los teléfonos celulares, programas destinados a la traducción, análisis de datos estadísticos para gobiernos y grandes compañías, o también para el desarrollo de marketing e investigación, predicciones meteorológicas, entre tantas otras temáticas.
Todos estos cambios impactan directamente en el mundo laboral y, por lo tanto, en la formación que reciban los y las futuros -y actuales- trabajadores/as. La innovación se ha vuelto un concepto central para las industrias y, específicamente, para la Industria 4.0, en la cual se inscribe el desarrollo de la inteligencia artificial.
En el Instituto Superior Octubre creemos que es imprescindible que los y las jóvenes tengan acceso a la formación en estas nuevas tecnologías. En este sentido, dictamos la Tecnicatura Superior en Automatización y Robótica. La misma está destinada a aquellas personas que tengan interés en desarrollar proyectos creativos, relacionados a automatizaciones industriales y mecanismos manejables desde computadoras, controladores lógicos programables o circuitos digitales. Principalmente, se busca formar técnicos/as que puedan utilizar la innovación tecnológica de manera crítica y reflexiva, siendo partícipes activos/as de un mundo que cambia constantemente.
Darles el lugar a los y las jóvenes, y a todo aquel que quiera formar parte de esta revolución tecnológica, es un aspecto central de los cambios que son necesarios para poder aprovechar las oportunidades que ofrece el siglo XXI. Y como personas involucradas en el mundo de la educación y el trabajo estamos plenamente comprometidos/as con la formación de quienes quieran beneficiarse de trabajos que antes no podíamos siquiera imaginar.
Desafíos y oportunidades de la Industria 4.0
Cada vez se ha vuelto más usual escuchar hablar de conceptos como Revolución Tecnológica, Industria 4.0 e incluso con frecuencia se presenta la duda de si efectivamente nos encontramos transitando una nueva revolución industrial. Nuestra forma de vivir, de comunicarnos, de trabajar y estudiar cambia a pasos acelerados. Es decir, nos encontramos en un punto de inflexión en el que convivimos con los avances tecnológicos y nos apropiamos de ellos para la vida cotidiana.
La Industria 4.0 consiste en un nuevo paradigma de producción industrial que resulta de la combinación de factores como el big data, inteligencia artificial, computación en la nube, diseños asistidos por computadora, entre otros elementos productos de cambios e innovaciones disruptivas. Esta evolución acelerada impacta en ámbitos de nuestra vida cotidiana como la salud, la medicina y nuestros hogares. Al uso de las Tecnologías de Información y Comunicación en las casas se lo denomina domótica y se puede encontrar en la utilización de Internet y sistemas informáticos para el manejo de la electricidad, calefacción y acondicionamiento de los hogares a distancia. A las construcciones que cuentan con ese tipo de sistemas se las denomina edificios inteligentes
Los edificios inteligentes no incluyen sólo aquellos diseñados para servir como hogares, sino también dicha tecnología se encuentra presente en hospitales, hoteles, bancos o construcciones para usos comerciales. Se los denomina inteligentes porque permiten la gestión y el control automatizado, por ejemplo, de los sistemas de calefacción, iluminación, seguridad y acceso. Esto permite mayor seguridad, accesibilidad y ahorro de energías. Un ejemplo de ello es el manejo de persianas inteligentes que permiten la programación para que se suban a una hora determinada, cuando amanece, para alumbrar con luz natural o según las necesidades de quien las use, permitiendo un mayor aprovechamiento de los recursos naturales, además de cumplir con funciones de seguridad para generar simulación de presencia en los hogares cuando los habitantes no se encuentran. Todo esto manejado a remoto mediante Internet o celulares.
Los avances tecnológicos suponen desafíos para la educación, la formación profesional y el futuro de los trabajos. En los últimos años, las profesiones vinculadas directa o indirectamente a la Industria 4.0 han generado puestos de trabajo que en ocasiones quedan sin cubrir por ausencia de capacitación de los trabajadores y trabajadoras. En Argentina en particular, en los últimos 10 años, se ha multiplicado la demanda de profesionales con habilidades ligadas a la tecnología. Más de 5000 de los puestos abiertos por la industria del software están sin cubrir en el país.
En dicho sentido, resulta indispensable adaptar la formación profesional y la educación de los y las futuros/as trabajadores/as a las demandas de nuevos puestos laborales. Por ello, desde el Instituto Superior Octubre y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo brindamos carreras ligadas a la Automatización, la Robótica, la Informática y el uso de nuevas tecnologías. Entre ellas se encuentra la Licenciatura en Gestión Operativa de Construcciones Inteligentes. Ésta tiene el objetivo de formar profesionales que puedan manejar las nuevas tecnologías de los edificios, con conocimientos en informática y sistemas de automatización para diseñar, instalar y mantener los servicios electrónicos, de iluminación, acústicos que se destinen a la seguridad y la optimización de la energía dentro de las construcciones inteligentes.
Potenciar las habilidades de los/as estudiantes y contribuir a su mejor inserción en el nuevo mundo laboral es un compromiso que debemos asumir quienes tenemos incidencia en la educación de los y las trabajadores/as del futuro.
Cien años de la OIT
Para todas las personas que nos dedicamos a cuestiones vinculadas al mundo laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es una referencia ineludible. Fundada en 1919, al término de la Primer Guerra Mundial, celebra su centenario en el corriente año a través de materiales de difusión y conferencias en todo el mundo. Desde el Grupo Octubre decidimos sumarnos a estas celebraciones difundiendo el rol y las acciones llevadas a cabo por esta agencia especializada del sistema de Naciones Unidas.
La OIT es la única organización del mundo que tiene un gobierno tripartito donde se encuentran representados los Gobiernos, las asociaciones de trabajadores y las asociaciones de empleadores, en diversos órganos que se reúnen periódicamente. Éstos sancionan convenios y recomendaciones con una mayoría de dos tercios de los votos. Los órganos tratan cuestiones como el establecimiento de horas máximas de trabajo por rama de actividad, regímenes de trabajo especiales -como el trabajo nocturno-, protección de la maternidad, edad mínima de trabajo por área, indemnizaciones por despidos y accidentes laborales, enfermedades profesionales, métodos de fijación de salarios mínimos, seguros por vejez, fallecimiento e invalidez, vacaciones pagas, entre otros. El objetivo central de la OIT y sus acciones en la protección y promoción de los derechos laborales, en un marco de libertad individual y productividad.
Para garantizar sus objetivos, en sus conferencias anuales se analiza la situación de cada país en torno a cuatro ejes centrales:
- la libertad sindical y de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva;
- la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio;
- la abolición efectiva del trabajo infantil,
- la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación.
Luego de extensos debates, la Comisión de Especialistas de la OIT realiza recomendaciones y/o llamados de atención a cada Gobierno representado.
Actualmente, la OIT cuenta con 187 países miembros (193 integran la Organización de las Naciones Unidas). Argentina integra la OIT desde su fundación en 1919 y ha ratificado 81 convenios y 2 protocolos. En cambio, países como los Estados Unidos han ingresado tardíamente a la OIT (se adhirió en 1934, la abandonó en 1977 y regresó en 1980) o han violado principios centrales de la misma. Por caso, Egipto, Guatemala y Canadá han sido acusados de no respetar la libertad sindical, Turquía de no garantizar los derechos de sindicación y negociación colectiva o Arabia Saudita de permitir la discriminación en el mundo del trabajo.
Estas acusaciones tienen, empero, simplemente un peso simbólico: la OIT no tiene la potestad de sancionar ni de obligar a los Gobiernos. Por eso, la OIT es un apoyo necesario pero insuficiente para el pleno ejercicio de los derechos laborales: cada Gobierno nacional sigue siendo el responsable último de garantizarlos.
Además, la OIT cuenta con programas específicos para cada país. En el caso de la Argentina, es uno de los pocos países latinoamericanos en contar con una oficina propia de la OIT. Ésta tiene tres funciones principales. En primer lugar, brinda asesoramiento técnico a cualquiera de las tres partes reconocidas por la OIT: gobiernos, cámaras empresarias y sindicatos-. En segundo lugar, posee un centro de información que brinda acceso a recursos bibliográficos e información de OIT orientado a investigadores, docentes, estudiantes, funcionarios gubernamentales, empresarios, dirigentes sindicales, periodistas y público en general interesado en la temática. Por último, fue la sede física del Programa de Trabajo Decente.
Los derechos laborales deben estar garantizados independientemente del color político del gobierno de turno. Por eso nos sumamos al mandato universal de la OIT y tomamos sus lineamientos como guía, sabiendo que son sólo un piso de derechos que pugnamos por acrecentar.
Cuando el género empobrece
En Argentina, las mujeres ganan en promedio un 26% menos que los varones. En el trabajo no registrado, esta cifra alcanza el 35%. La brecha salarial de género también existe a escala global: las mujeres ganan un 20% menos que los varones, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sin embargo, en nuestro país no sólo la brecha es mayor, sino que aumentó de 23,5% en 2017 hasta el 26% actual.
Frente a este escenario aparecen dos preguntas insoslayables. En primer lugar, la inquietud por las causas: ¿Por qué las mujeres tienen ingresos promedio menores que los varones? Y, por otro lado, la pregunta por las soluciones: ¿Qué hacer para lograr la paridad en el mundo del trabajo?
En cuanto a las razones, tres destacan por sobre las demás. La existencia de ramas de actividades “feminizadas” y “masculinizadas”; la presencia de “techos de cristal” que impiden que las mujeres accedan a cargos de jerarquía; y la realización, por parte de las mujeres, de tareas domésticas no remuneradas, lo que redunda en una menor cantidad de horas pagas trabajadas.
En cuanto a lo primero, existen considerables asimetrías de representación en los distintos sectores de la economía. Los varones son mayoría en la construcción, la minería, las manufacturas y el transporte, donde los riesgos de accidentes y exposición a tóxicos son altos, y en consecuencia son los que más litigan en el sistema de riesgos laborales. Las mujeres, en cambio, están sobrerrepresentadas en el sector de servicios, especialmente en limpieza, salud y educación, lo que en muchos casos implica una prolongación de las tareas que se les asignan tradicionalmente, como el cuidado de las personas, la provisión de alimentos y las tareas domésticas. Esto se explica porque las tareas asociadas a la fuerza y a la racionalidad técnica son socialmente atribuidas a los varones, y las tareas vinculadas al cuidado y a la emocionalidad, a las mujeres, como si esto surgiera naturalmente de una condición biológica. La OIT ha denunciado incluso que las plataformas de búsqueda de trabajo en línea presentan sesgos de género para ciertos puestos. Frente a esto, la respuesta es dislocar los roles de género asignados a través de la educación, en todos sus niveles. Por ejemplo, no dividir a los niños de las niñas en las clases de Educación Física en la escuela, como se hace en Francia, Suecia, o Noruega. Esto permite a las mujeres desarrollar también su fuerza y destreza física, y a éstos considerarlas como pares. Así lo propone el diseño curricular para Educación Primaria de la provincia de Buenos Aires. Allí se promueve la integración de los géneros en las actividades de Educación Física para superar los estereotipos y garantizar la igualdad de derechos y oportunidades. Con un espíritu similar, en UMET organizamos las Jornadas de Asuntos de Género, donde buscamos preguntarnos por estos estereotipos a la hora de la elección de carreras o áreas de especialidad dentro de ellas.
En segundo término, la brecha salarial de género se explica también porque las mujeres son relegadas a los escalafones más bajos de sus lugares de trabajo. En la categoría de jefes y jefas hay un 73% de participación de varones contra sólo un 27% de mujeres. Se trata de uno de los factores que contribuyen a la feminización de la pobreza y se explica por la tercera y principal razón que ubica a las mujeres debajo de los varones: ellas, en promedio, cuentan con 10 horas menos por semana para destinar al trabajo remunerado que los varones, por ocuparse de las tareas domésticas y de cuidado. Frente a este escenario, la OIT señala, en su último informe: “Mientras que en muchos países se fomenta que las mujeres entren en los ámbitos dominados por los hombres, rara vez se alienta a los hombres a hacer trabajos considerados tradicionalmente femeninos”, y recomienda en esta línea un régimen de licencias por maternidad/paternidad más equitativo, donde los varones asuman su corresponsabilidad en las tareas de cuidado. Las sociedades que implementaron este tipo de medidas incrementaron no sólo su paridad sino también su PBI total, ya que las mujeres comenzaron a generar más ingresos.
La paridad, entonces, entraña beneficios sociales y económicos de los cuales la Argentina no tiene por qué privarse. Y es una responsabilidad que todas las personas que tenemos un rol parental, y más aún uno político, no debemos dejar de lado.
Educar en y para el siglo XXI
Mucho se habla de las TICs (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) y la posibilidad que ellas nos brindan de acceder a una gran cantidad de conocimiento, almacenarlo y enviarlo velozmente de un punto a otro. Su rol en la actualidad es innegable, atravesando las relaciones interpersonales, los ámbitos laborales y los entornos educativos.
Sin embargo, su masificación también conlleva desconfianza. Acerca de esto, se han esparcido prejuicios como la afirmación de que la conectividad implica una disminución de la concentración, del hábito de lectura o de la interacción social. En esta ocasión les propongo que repensemos esos prejuicios, considerando los beneficios de las TICs en y para la educación.
En primer lugar, la incorporación a los procesos educativos de herramientas tales como videos y ejercicios multimedia, supone la enseñanza en contextos más familiares a quien aprende: la identidad de formato entre aquellas herramientas que lxs estudiantes usan para el ocio con las utilizadas para la educación pueden motivar de manera suplementaria al aprendizaje. Es por eso que desde la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) contamos con un campus virtual donde docentes y estudiantes pueden colgar y acceder a material más amigable que un tradicional apunte fotocopiado.
En segundo lugar, las TICs permiten distintas formas de comunicación entre estudiantes y docentes, que pueden volver menos verticalista y distante la relación entre éstos. Así, aquel estudiante que no consultó una duda en clase por vergüenza o porque ésta apareció posteriormente, puede remitirse a su docente vía mail. Esto, a su vez, es una práctica para el mundo del trabajo, donde las comunicaciones se encuentran hoy en día altamente mediadas por las TICs. El estudiante pensará de qué manera, en qué horario y con qué redacción remitirse a su docente, y eso supone una práctica laboral en sí misma. Como se ve, lejos de disminuir las capacidades de interacción social, las TICs permiten adquirir nuevas.
Finalmente, y no menos importante, las TICs permiten la democratización de campos antiguamente más elitistas. Por caso, las carreras dictadas a distancia. La Universidad de Quilmes desarrolló la Universidad Virtual de Quilmes, que las imparte desde 1999. Desde el Instituto Superior Octubre, también ofrecemos la posibilidad de finalizar el secundario a distancia, con becas para lxs afiliadxs. Iniciativas como estas implican que personas a las cuales antes les estaba vedado o dificultado el acceso a la educación formal, hoy en día pueden formarse independientemente de impedimentos tales como trabajar durante el día, vivir en sitios sin instituciones educativas, o tener personas a cargo.
En el caso de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, el rol de todxs lxs que pugnamos por una sociedad más justa e igualitaria, no debe ser cerrarnos. Por el contrario, debemos aprovechar estas herramientas para construir día a día el mundo que queremos.
Claves para un mundo laboral cambiante
En los últimos años se ha hecho común escuchar hablar sobre la velocidad de los cambios tecnológicos, sociales y económicos. El mundo laboral no es ajeno a los mismos. La “Revolución tecnológica”, como es llamada, significa la llegada de nuevas formas de trabajo y el aumento de la competitividad. Nuevos métodos de trabajo, herramientas, puestos novedosos y reestructuración en las propias organizaciones empresariales.
La aparición de nuevas tecnologías es transversal al tejido productivo, por lo que significa un aumento de la competitividad del mismo y la demanda de mayor calificación laboral. Las actividades rutinarias y el conocimiento práctico dejaron de ser garantía de permanencia o adquisición de nuevos trabajos. En la actualidad se estima que ciertas profesiones se renovarán por completo en los próximos 10 años.
La pregunta que nos surge entonces es ¿Cómo combinar el desarrollo exponencial de la tecnología con nuestros trabajos?
La respuesta es con capacitación continua e innovación que posibilite aportar valor agregado a las tareas cotidianas de lxs trabajadorxs.
Desde SUTERH y FATERYH consideramos prioritario brindar a lxs trabajadorxs la posibilidad de la formación profesional y la capacitación continua, en función de la necesidad de profesionalización de la actividad y las exigentes demandas del mundo laboral.
Nuestro objetivo es que lxs trabajadorxs puedan vincularse de forma beneficiosa con las nuevas tecnologías y aportar valor agregado a sus tareas. La formación en y para el trabajo busca que lxs trabajadorxs actuales y futuros tengan una directa y calificada inserción laboral. Además, el continuo perfeccionamiento de los conocimientos y la posibilidad de contar con nuevas herramientas para aplicar provechosamente al trabajo cotidiano, permite responder a las exigentes demandas de calificación del mundo laboral actual.
Para cumplir con dichos objetivos contamos con Centros de Formación Profesional. Los Centros ofrecen una oferta variada de capacitaciones para el perfeccionamiento de conocimientos y habilidades de los trabajadores que requiere el desempeño de su rol, y otras, con la posibilidad de la certificación de las nuevas competencias laborales. Los cursos de formación se dictan en cuatro anexos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en 24 sedes en el interior del país en articulación entre FATERYH y cada sede local de SUTERYH.
A los Centro de Formación Profesional se suma el Instituto Superior Octubre (ISO) que brinda, entre otras carreras, la Tecnicatura Superior en Seguridad e Higiene en el trabajo vinculada al desempeño de la actividad de lxs trabajadorxs de edificio.
Sin embargo, como representantes de lxs trabajadorxs somos conscientes del sacrificio que significa compatibilizar la formación continua con la jornada laboral y la vida cotidiana de cada unx. Por ello, en el Convenio Colectivo de Trabajo de FATERYH (Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal), actualizado en el 2015, se obtuvo la posibilidad de contar con reconocimiento de las competencias laborales y el correspondiente aumento en el salario de lxs trabajadorxs. Quienes obtengan el título de Trabajador/a Integral de Edificios, así como quienes desarrollen capacitaciones en otras materias vinculadas al rol laboral, recibirán un aumento en su remuneración básica.
Además, se prevé el derecho a la educación de lxs trabajadorxs estableciendo en el mismo Convenio Colectivo una cantidad de horas anuales sin descuento para el desarrollo de las capacitaciones en los centros de formación de FATERYH.
Desde SUTERH Y FATERYH creemos en la formación profesional que abre las puertas al mundo del trabajo y trabajamos para que nuestrxs afiliadxs puedan contar con una educación continua que les permita mejorar sus aptitudes laborales, sus posibilidades económicas y su calidad de vida.
Educar para el trabajo
Muchos coincidiríamos en afirmar que la educación es una de las principales vías para el ascenso social. Sin embargo, esta presunción entra en crisis cuando observamos que en los últimos años no se verifica proporcionalidad entre el estudio y la remuneración. Por el contrario, si comparamos el año 2003 con el 2017, el título universitario se paga un 25% menos, el terciario un 15% menos y el secundario un 16% menos.
Cuando analizamos el escenario, vemos que Argentina tiene el desempleo joven más alto de América Latina: dos de cada diez chicxs de entre 19 y 24 años no consigue trabajo. Según la Organización de las Naciones Unidas, quien provee esos datos, podemos localizar el problema en el sistema educativo, que, por su carácter teórico y enciclopedista, no ha preparado a los jóvenes para el mercado laboral en las últimas décadas. Esto se evidencia cuando vemos que los jóvenes (hasta los 29 años) triplican la tasa de desempleo de los adultos (de 30 a 64).
¿Cómo hacer para que el sistema educativo recupere su capacidad de generar empleo de calidad y así, movilidad social e inclusión? En otras palabras, ¿cómo hacer que nuestrxs hijxs y nietos tengan las mismas oportunidades que tuvo nuestra generación y la de nuestros padres, madres y abuelxs?
Es con este espíritu que en 2013 lanzamos la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo . Con esta iniciativa buscamos crear una casa de estudios superiores donde la práctica sea tan importante como la teoría. Por eso contamos con pasantías, jornadas permanentes de actualización tanto para estudiantes y docentes, y con facultades y carreras pensadas para el mundo del trabajo. De las 6 facultades con las que cuenta la universidad, 4 se encuentran directamente diseñadas para la gestión y la práctica laboral. De ellas, destaca la Facultad de Tecnología Aplicada, donde alentamos la producción de conocimiento para la innovación. De nuestra oferta de 16 carreras contamos con licenciaturas como la de Educación, Políticas Públicas y Organizaciones del Campo Pedagógico, donde el saber didáctico se complementa con la competencia de la planificación, o la Licenciatura en Políticas Públicas y Gobierno, donde el conocimiento en Ciencias Sociales se vuelca a la administración pública de manera concreta.
Nuestro desafío es dotar a las nuevas generaciones de un futuro más prometedor, no sólo a través de la igualdad de oportunidades sino también brindándoles las herramientas que les permitirán ser protagonistas del siglo XXI .
¿Cuál es el lugar de los hombres en la lucha de género?
La igualdad de género es uno de los consensos básicos para formar una nueva mayoría que trabaje por una sociedad igualitaria e inclusiva para todos y todas. Lo primero – y más urgente- es la eliminación de la violencia de género. Esto aparece como apremiante si consideramos que en Argentina hay un femicidio cada 32 horas.
Ahora bien, el femicidio no es un hecho aislado sino el escalón más alto y violento de una serie de acciones previas. Este conjunto de violencias se conocen como espiral de la violencia de género y comienza con diversas actitudes: celos, menosprecio, imposición, ridiculización, control y prohibición. Puede derivar o no hacia la violencia física. Por eso los hombres no debemos creer que no somos violentos o machistas simplemente porque no agredimos físicamente.
Nuestro compromiso con la lucha de género debe incluir de nuestra parte una reflexión y autocrítica constantes. Esto incluye cuestionarnos nuestras actitudes cotidianas: chistes, miradas, el silencio cuando identificamos que otro hombre está poniendo en situación de inferioridad a una mujer. El involucramiento tiene que estar orientado por la convicción de que así estamos defendiendo no sólo los derechos de las mujeres sino el derecho de todos y todas a vivir en una sociedad mejor.
Por supuesto que, además de las actitudes individuales, las organizaciones tienen un rol fundamental en esta lucha. Por eso en SUTERH contamos con la Red Vivir sin Violencia, un servicio confidencial y gratuito de prevención, atención y orientación a mujeres, niños, niñas y adolescentes que estén atravesando situaciones de violencia.
Esta y otras iniciativas se apoyan en nuestra comprensión de que no podemos pretender que la sociedad cambie si no comenzamos por nosotros mismos y nuestros espacios más inmediatos, como la familia, la casa, el trabajo o el sindicato. Nuestro desafío como hombres implica entender que la lucha de género no sólo es liberadora para las mujeres sino también para todas las personas que tenemos como horizonte un mundo más justo.
Los números que afectan a lxs trabajadorxs
La situación de crisis que está atravesando nuestro país se hace evidente en los distintos ámbitos de nuestras vidas cotidianas. El poder adquisitivo del salario cayó un 18% desde fines de 2015 y se estima que el desempleo alcanzará el 2019 el nivel más alto de los últimos 15 años. Esta situación nos exige comprometernos día a día con la construcción de una alternativa electoral que le devuelva el gobierno a la gente y tenga en el centro de sus prioridades el desarrollo y el bienestar de la población.
Según el informe del observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la crisis económica impacta en dos grandes aspectos del mercado laboral: la pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral.
Las políticas de ajuste y recesión destruyen el empleo de calidad. Entre marzo y julio de este año, 97.400 trabajadores registradxs perdieron su puesto. Los altos índices de desempleo también se ven afectados por el aumento de la cantidad de personas que se incorporan al mercado de trabajo, para compensar la disminución de los ingresos en sus familias. Sin embargo, no encuentran trabajo y eso genera un aumento de la tasa de desempleo.
La precarización laboral es otro de los efectos directos de la crisis económica sobre lxs trabajadorxs. Nuestra economía es incapaz de generar puestos de calidad para responder a las demandas de la clase trabajadora y la precarización lleva dos años aumentando. La situación en la que se encuentra la Argentina, con las condiciones de vida que cada día son peores, sumado al aumento de desempleo, lleva a que quienes buscan trabajar acepten ciertos puestos aunque signifique malas condiciones laborales, o empleos no registrados. De esta forma, más del 50% de lxs trabajadorxs no se encuentran registrados, lo que implica su total desprotección frente al empleador y el incumplimiento de sus derechos laborales básicos.
A la situación del empleo se le suma la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. El último informe de inflación del Instituto de Estadístico de los Trabajadores, también perteneciente a la UMET, así lo demuestra. El aumento escalonado de los precios disminuye la capacidad de compra de los salarios. Es decir, cada vez son menos los productos que puede comprar cada unx con su salario. Desde 2015, el poder adquisitivo disminuyó 18%. Es la caída más profunda desde 2002, que afecta directamente la calidad de vida de lxs trabajadorxs.
En octubre, los precios aumentaron un 6,1%, eso suma un total de 40,9% en lo que va del año. Los gastos de vivienda fueron los más afectados por la suba del gas y de los alquileres. Por su parte, el transporte es el segundo rubro que más aumentó, debido a la suba de la nafta y el transporte. Desde 2019 el transporte se verá aún más afectado por la quita de subsidios nacionales, que dejarán de ser enviados a las provincias y municipios, lo que posibilita hoy que las redes de colectivos mantengan valores accesibles para los usuarios. La alternativa será que las cajas provinciales y municipales absorban los subsidios, o los aumentos los pague la clase trabajadora, por lo que la tarifa podría escalar a casi el doble del precio actual.
La crisis económica afecta principalmente a lxs asalariadxs de menores ingresos, debido a los aumentos en la canasta básica, que representan proporciones mayores en sus salarios, en relación a los sectores de con altos ingresos. Es por ello, que su calidad de vida se ve más rápidamente perjudicada ante la suba de precios en bienes y servicios.
Sin embargo, no podemos esperar que esta situación cambie si no hacemos algo al respecto. La política es el medio y la herramienta para mejorar la calidad de vida de lxs trabajadorxs. La crisis nos obliga a enfocarnos en nuevos proyectos de país que pongan el trabajo como eje fundamental para alcanzar el desarrollo argentino, mejorar el empleo, priorizar la industria local y colocar en el centro de sus prioridades el bienestar de la gente. Y ello no será posible de otra forma que no sea por medio de la unidad de los diversos sectores políticos, pero manteniendo el valor del trabajo, la igualdad de género, la educación y la inclusión.
Los Premios Democracia cumplieron 10 años
Días atrás se realizó, en el auditorio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la décima edición de los Premios Democracia, otorgados por el Centro Cultural Caras y Caretas. Las personalidades e instituciones ganadoras fueron elegidas por el público, en reconocimiento a su trabajo en la promoción de los valores democráticos en cada rubro.
Fueron distinguidxs: Laura Malosetti Costa en Pensamiento Argentino; Mariana Enríquez en Literatura; en Derechos Humanos y Sociedad Nelly Minyersky, y en Educación el reconocimiento fue para la Comunidad educativa de la Escuela Nro. 49 de Moreno. En el rubro de Ciencia y Tecnología, María Alejandra Zinni; en Periodismo Audiovisual, el programa ADN; en Periodismo Gráfico y Digital, Juan Amorín; en Cine Lucrecia Martel; en Teatro Claudio Tolcachir, en Música, Miss Bolivia y en Deporte fue para la Unión Nacional de Clubes de Barrio.
Los premios de honor fueron entregados a Elizabeth Gómez Alcorta, por su trabajo en Derechos Humanos; y Alberto Kornblihtt en ciencia. Previo a la ceremonia, Gómez Alcorta expresaba: “Hay una paradoja que habla del momento actual en el que estamos, que es que le den un Premio Democracia a una defensora de Derechos Humanos y una defensora de presos políticos. Eso habla del momento hostil que nos está tocando transitar”.
Finalmente, las mayores distinciones fueron entregadas a Mauricio Kartún, reconocido con el premio a Personalidad Destacada de Argentina; y a Silvio Rodríguez, quien recibió el premio a la Personalidad Destacada de América Latina. Silvio nos recordó el valor de la palabra democracia, que, en sus palabras, ”venimos arrastrando desde hace tantos siglos, queriéndola levantar, queriéndola limpiar, dignificar, pero lo bueno es que se continúa, tratando”. Por su parte, Mauricio Kartún remarcó el valor de la democracia para el florecimiento del arte y del teatro en particular al recordarnos que “la democracia está asociada directamente al crecimiento teatral. La democracia nos permite hacer de nuestro oficio una manera de vivir. Ha sido el caldo en el que se cocinó lo mejor del arte argentino”.
Estamos orgullosxs de haber entregado una vez más los reconocimientos a quienes se destacan por su compromiso defendiendo y fortaleciendo los valores de la democracia. Son esos valores los que nos permiten seguir pensando, creando y soñando que un mundo y un país mejores son posibles. Cada ganador y ganadora tiene un valor individual y fundamental para la construcción de nuestra democracia. Porque la democracia es una construcción cotidiana, con la que debemos comprometernos día a día.
