Los protocolos que contemplan las normativas de seguridad e higiene no son una novedad en las propiedades horizontales. En el año 2013 se sancionó la Ley N°4803, por medio de la cual se establecieron los requisitos y disposiciones para la seguridad e integridad física de propietarios/as, habitantes, ocupantes y personas que se desempeñen en edificios de propiedad horizontal.
Sin embargo, desde marzo del año pasado, nos vimos en la necesidad de ajustar muchas de las conductas que teníamos ya incorporadas. La imprevista aparición del COVID-19 implicó la readecuación de hábitos que teníamos internalizados y la adición de algunos nuevos para proteger la salud de nuestros trabajadores y trabajadoras, así como también el bienestar de los vecinos y vecinas.
La primera decisión que se tomó, en 2020, fue otorgar a los encargados y encargadas el estatus de trabajadores/as esenciales. Asimismo, aquellos/as que forman parte de los denominados “grupos de riesgo” fueron exceptuados de desempeñar sus tareas laborales. Los empleadores y empleadoras se vieron en la obligación de proveer todos los elementos adecuados para la prevención, protección, limpieza, cuidado y seguridad del personal de edificios.
Se reglamentó el protocolo para la utilización de los espacios comunes, teniendo siempre como prioritario el cumplimiento del distanciamiento social, que resguarde el estado general de quienes habitan las instalaciones. La Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Immobiliarias (CAPHyAI), en un documento de junio del año pasado, explicitó cuáles son los pasos a seguir ante la aparición de un caso sospechoso de COVID-19, enfatizando en la importancia de manejar la situación con tranquilidad.
Desde SUTERH, siempre entendimos que la prioridad es proteger la salud de nuestros trabajadores y trabajadoras. Por eso, actuamos rápidamente en consecuencia, poniéndonos a su entera disposición. El acompañamiento resulta crucial en circunstancias cambiantes, donde la incertidumbre impera. Deben saber que no están solos/as: hay un sindicato responsable y presente, que los y las cuida.
El teletrabajo y sus desafíos frente a la salud mental
El nuevo régimen legal del contrato de teletrabajo es un hecho en nuestro país desde el año pasado. Frente a la primera ola de la pandemia que paralizaba el trabajo presencial alrededor del mundo, esta normativa fue innovadora en la región, no sólo por legislar una realidad de la pandemia, sino por sus puntos vanguardistas sobre la perspectiva de género, el reconocimiento de las tareas de cuidado doméstico, el derecho a la desconexión y la importancia de la salud laboral.
Con respecto a la perspectiva de género, incluye la compatibilidad con las tareas de cuidado. Es la primera vez que se reconocen estas tareas que insumen en promedio 3 horas diarias más a las mujeres que a los varones. Este es un logro para las familias en general ya que establece la posibilidad de fijar horarios acordes y/o a interrumpir el trabajo para conciliar la doble jornada que viven muchas mujeres entre la vida laboral y personal.
El derecho a la desconexión aparece como prioridad a la hora de preservar la salud mental. La pandemia ha puesto al descubierto el avance de la tecnología y la inmensa hiperconectividad a la que estamos expuestos/as. El hecho de que muchos trabajadores/as utilicen sus dispositivos personales para trabajar a distancia, vuelve difusa la línea entre tiempos de descanso y de productividad: un mensaje de recordatorio sobre las tareas del día siguiente puede llegar a la hora de cenar, tanto para un empleado/a en relación de dependencia como para un autónomo. El derecho a desconectarse no implica sólo apagar el teléfono o computadora sino el derecho a no ser contactado/a y no recibir información laboral por fuera de la jornada de trabajo y durante los períodos de descanso, vacaciones o licencias. Establece, en definitiva, contar con tiempo libre de calidad y contribuye a mantener la salud mental.
La hiperconectividad presenta riesgos para la salud mental como una sobrecarga psicológica en los trabajadores/as: produce fuertes riesgos psicosociales asociados a la ansiedad, depresión y/o agotamiento. A mediados de 2020, el 92,5% de las personas aseguraba sentir afectada su productividad laboral en la Argentina. Además, la brecha se ensancha por género ya que el 21,5% de las mujeres siente agobio por las preocupaciones frente al 17% de los varones, y el 26,7% señala que son muchas las circunstancias que le generan preocupación, mientras que esta cifra se reduce a 20,6% en hombres.
Desde SUTERH no consideramos a la salud solamente como la ausencia de enfermedad, sino como un “estado de bienestar físico, mental, espiritual, emocional y social” como lo establece la Organización Mundial de la Salud. Por eso, realizamos campañas estacionales dirigidas a la población adulta desde los programas de La Salud en Nuestras Manos. Allí, a través de charlas, talleres, difusión de materiales y distribución de insumos de prevención tratamos las temáticas de estrés, alcoholismo e hipertensión, entre otras. Nuestro compromiso con la defensa de los derechos de los trabajadores/as y el cuidado integral de su salud es permanente.
Barajar y dar de nuevo
El 2020 intempestivamente nos tomó por sorpresa y nos llevó a repensar cómo abordar cada uno de los distintos órdenes de la vida cotidiana: educación, trabajo, actividad física, vínculos personales, tiempo de ocio y tareas de cuidado, por solo nombrar algunos. La virtualidad se transformó en una aliada irremplazable, permitiéndonos tomar clases, asistir a reuniones laborales, dialogar con nuestras amistades e incluso celebrar cumpleaños. Nos permitió mantener el distanciamiento físico, sin por eso perder nuestros vínculos sociales.
Cada uno de los espacios intrínsecamente vinculados con nuestro sindicato lograron dejar atrás la adaptación y acomodarse a esta nueva realidad que nos toca atravesar, con la finalidad de que los afiliados y afiliadas y todos aquellos que participan de una u otra forma de los diversos espacios puedan continuar disfrutando de los beneficios y oportunidades que este les brinda.
Entendimos que proteger la formación y evitar la deserción educacional en una etapa tan sensible para todos y todas era una prioridad. Por eso, además de darle continuidad a todo su armado pedagógico, desde la UMET, tomaron la iniciativa y lanzaron dos nuevas diplomaturas: una orientada a la Comunicación Política con perspectiva de género; la otra vinculada a la Gestión Ambiental y Social de Proyectos. También abrieron cursos en su Escuela de Formación Sindical, perfilados para conocer las dinámicas del mundo laboral.
El CIVET capacitó a sus docentes y puso en marcha un campus virtual para que los y las estudiantes puedan continuar aprendiendo a distancia. Asimismo, iniciaron trayectos gratuitos e íntegramente virtuales para el primer cuatrimestre de este año. Dentro de la oferta, se encuentran los trayectos de Microcervecería, Marketing Digital, Edición de Video y dos niveles de Maquillaje.
Por su parte, el ISO logró combinar virtualidad y presencialidad para aquellas carreras que requieren la realización de prácticas profesionalizantes (como las licenciaturas en Seguridad e Higiene y Enfermería), cumpliendo con todos los protocolos sanitarios y de distanciamiento social.
En nuestros Centros de Formación Laboral (CFL) y Formación Profesional (CFP) primó la idea de llegar a distintos puntos de la provincia de Buenos Aires. Para cumplir con ello, ofrecieron la Tecnicatura Superior en Hotelería en Mar del Plata y la Tecnicatura Superior en Desarrollo de Software en San Martín. Pero no solo eso. Además, lanzaron una enorme variedad de cursos en las localidades de Lomas de Zamora y Boulogne/San Isidro: desde oratoria, gestión de redes sociales y periodismo y locución, hasta cerrajería y montaje eléctrico.
Por último, pero no por ello menos relevante, quisimos resguardar lo concerniente al bienestar general y cuidado integral de la salud. A raíz de eso, incentivamos la realización de actividad física a través de las clases de gimnasia postural y el Jueves Anti-Estrés. En la medida que fue posible, comenzamos la realización de los encuentros del Espacio Preventivo Laboral (EPL) de manera presencial para reencontrarnos, escuchar y contener a los y las integrantes del grupo. Pero, este no fue el único punto de encuentro para incentivar el diálogo: pusimos en marcha la Ronda de Mujeres, un lugar pensado para que las afiliadas puedan intercambiar vivencias y experiencias. También no nos olvidamos de lo lúdico y de dimos lugar mediante el Juego de la Salud.
Todo se transformó. Nosotros también. Decidimos barajar y dar de nuevo en pos de brindarles lo mejor a nuestros trabajadores y trabajadoras de edificios. Agradecemos enormemente a los y las docentes de cada una de las instituciones educativas y centros de formación, así como también a los y las integrantes de cada grupo por el esmero, esfuerzo y compromiso que pusieron para que estos espacios de capacitación y contención sigan de pie. Sin la labor colectiva nada de esto hubiera sido posible.
Educación digital: sinónimo de oportunidad
Los avances tecnológicos se han hecho eco en casi todos los órdenes de la vida y la educación no está exenta de ello. Si bien estas incorporaciones datan de hace tiempo y fueron ganando espacio de manera paulatina, una eventualidad aceleró los tiempos y procesos: la pandemia.
Ante esta contingencia, la educación digital se impuso como una alternativa útil para darle continuidad a las capacitaciones en todos los niveles educativos. Este tipo de formación, a diferencia de otros, se caracteriza por hacer uso de los recursos digitales con el propósito de que los alumnos y alumnas adquieran competencias, habilidades y conocimientos sobre las temáticas que son de su interés.
Sin embargo, para Gustavo Álvarez, licenciado en Ciencia Política, referente de Educación y Trabajo en FATERYH y presidente de la Red Internacional de Educación para Trabajo (RIET), esta definición resulta insuficiente para abarcar el fenómeno. “La educación digital es sinónimo de oportunidad si se trabaja de forma responsable e inclusiva”, asegura. Las herramientas que brinda son muy demandadas desde principios del siglo XXI tanto en los ámbitos de formación como en los laborales. Además, permite que la enseñanza y el aprendizaje tengan lugar en cualquier momento y espacio, lo que es de suma utilidad cuando aparecen obstáculos que dificultan la presencialidad.
Ante el crecimiento de esta modalidad de educación, y con la idea de que los afiliados y afiliadas de SUTERH, sus familiares y el público en general puedan acceder a nuevos conocimientos que se adecúen a sus necesidades individuales, laborales o intereses, de un modo sencillo y flexible, surgió el Centro de Innovación Virtual para la Educación y el Trabajo (CIVET) en agosto del año 2019.
El CIVET propone, de acuerdo al trayecto a abordar, cursadas bimodal (que combinan clases presenciales y virtuales) y cursadas íntegramente a distancia. “Hemos desarrollado un modelo innovador en el que empleamos una variedad de recursos tecnológicos de vanguardia para facilitar la apropiación de los contenidos. Si bien la mayoría de los cursos en línea presentan contenidos a través de videos, en CIVET hemos desarrollado videos en formato 360 para que las personas puedan explorar los procedimientos desde diferentes ángulos”, comenta Álvarez.
Para la institución son muy relevantes las actividades multimediales e interactivas, por eso acompañan el recurso fílmico con imágenes, audios, animaciones y textos. Además, el proceso de aprendizaje es facilitado por tutores/as, quienes acompañan a los y las cursantes. Durante el 2020 se inscribieron alrededor de 8.400 personas a los cursos de imagen corporal, gastronomía, marketing, nuevas tecnologías, electricidad, plomería, entre otros, demostrando la gran acogida que han tenido las propuestas entre el público. Las mismas están orientadas a que, una vez finalizada la cursada, los egresados y egresadas puedan insertarse eficientemente en el mundo laboral con todo el bagaje técnico y las habilidades socioemocionales adquiridas.
La educación digital llegó para quedarse, y el futuro sin dudas estará atravesado por ella. Sin embargo es necesario recalcar que aún existen muchas desigualdades para su acceso. En este sentido, es esencial que desde el Estado se lleven adelante políticas públicas universales que reduzcan la brecha digital existente, como lo fue en su momento el programa ‘Conectar Igualdad’, descontinuado durante la gestión de Mauricio Macri. Asimismo, no sería descabellado pensar un sistema educativo que incluya la digitalización en las diversas currículas y permita que todos y todas puedan estar conectados.
La educación como construcción colectiva
Cada vez más estudiantes finalizan sus estudios secundarios gracias a La Ley de Educación Nacional (LEN) 26.206 sancionada en 2006. Esta establece la obligatoriedad de la educación secundaria y define la responsabilidad del Estado nacional y de los Gobiernos locales en asegurar su cumplimiento. Actualmente en Argentina menos de 1 de cada 4 argentinos/as logra alcanzar la completitud del nivel a la edad oficialmente propuesta.
Más aún, en edades más avanzadas, la tasa de graduación de nuestro país es del 61%. Esto se debe a las ofertas alternativas, como las políticas públicas destinadas a su finalización (por ejemplo el Plan de Finalización de Estudios Secundarios (FinES), la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (EPJA), o el Programa Inclusión/ Terminalidad de Educación Secundaria y Formación laboral para jóvenes de 14 a 17 años (PIT) y los secundarios para mayores de 18 años. Gracias a ellas, el porcentaje se incrementa a 39% en 1991 y a 59% en 2010 entre los 18 y 25 años de edad.
La importancia del secundario radica en su obligatoriedad para continuar con los estudios superiores y el ingreso al mundo del trabajo. Para cubrir una necesidad de los y las afiliadas, el ISO ofrece el Bachillerato en Economía y Administración para mayores de 18 años. Esta propuesta educativa resuelve varias de las principales causas relacionadas con la deserción escolar. Según UNICEF, el abandono en el nivel secundario se debe al ingreso al mundo laboral (14%); dificultades económicas para sostener la cursada (8,8%); situación de embarazo o de cuidado de algún hermano/hijo menor (11,3%) y falta de interés o motivación (29,6%).
El Bachillerato se desenvuelve a través de un campus virtual y permite una cursada flexible, donde las y los estudiantes pueden disponer de sus tiempos y espacios, así como pueden administrar de manera personalizada el ritmo e intensidad del estudio. Leandro Vecino Dri, rector de ISO señala que la propuesta “fue especialmente diseñada pensando en que las personas adultas tienen responsabilidades laborales y/o familiares que les impiden asistir a clases presenciales varias veces por semana.” Así, es posible combinar los estudios con otras obligaciones ya que las únicas instancias presenciales (a condición de las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), son una clase por mes y las evaluaciones.
A su vez, desde la perspectiva del sindicato y en palabras de Vecino Dri “SUTERH tiene un profundo convencimiento de que la educación es una herramienta fundamental para los afiliados, las afiliadas y sus familias y por eso otorga becas completas para estudiar en el Bachillerato del Instituto Superior Octubre.” La educación, como derecho básico, tiene un papel fundamental en la formación individual así como en la construcción colectiva. El acceso, desarrollo y finalización de los estudios garantiza mejores condiciones en el mundo del trabajo.
Para conocer más sobre el Bachillerato en Economía y Administración, podés acceder a https://iso.edu.ar/courses/bachillerato-en-economia-y-administracion/. Las inscripciones están abiertas todo el año y la cursada comienza el el 1° de marzo ininterrumpidamente hasta el mes de noviembre.
En Común: la pluralidad y unidad como estandartes
La gestión de Mauricio Macri dejó nuestro país en niveles de crisis históricos: inflación desmedida; la vuelta al Fondo Monetario Internacional; la destrucción de la industria y las PyMEs; y la caída del poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Poner a la Argentina de pie fue lo que motivó el surgimiento del Frente de Todos en 2019, un espacio político amplio, diverso y plural, donde la unidad se determinó como una constante. El 2020 nos sorprendió con un desafío tan inesperado como arduo: hacer frente a una pandemia, sin precedentes en las últimas décadas. Esta contingencia exigió repensar desde el desarrollo de la cotidianeidad hasta el modo en el que nos vinculamos con otros/as. Y dentro de ese devenir fue trascendental escuchar y compartir un mosaico de visiones y conceptualizaciones, aquellas que nos permiten arribar a determinaciones beneficiosas para la mayor cantidad de argentinos y argentinas.
Esa diversidad es la que nos enriquece, la que nos invita a mirar la realidad con diferentes lentes, a fortalecernos como espacio, a darle voz a quienes más lo necesitan. Dentro de este marco surge En Común, un espacio que tiene el objetivo de consolidar la unidad ya alcanzada.
El camino recorrido se materializó en el lanzamiento desarrollado el lunes 28 de diciembre en el mismo lugar donde hace más de un año festejamos el triunfo de Alberto y Cristina. Coincidentemente, en esta oportunidad también celebramos el comienzo de una etapa distinta. Un período donde referentes de diversos orígenes, como el ministro de Educación, Nicolás Trotta; la titular del INADI, Victoria Donda; los diputados Facundo Moyano, Gisela Marziotta, Carolina Gailliard y Natalia de la Sota; los dirigentes y funcionarios Guillermo Cháves, Sebastián Benítez Molas, Eric Calcagno, Yanina Martínez, Mariana Gras y María Rachid, junto con otras personalidades de todo el país, nos unimos para aportar experiencias y nuevas ideas que hagan crecer y fortalecer este proyecto de país que con tanto amor fue creado.
Queremos seguir demostrando, como lo venimos haciendo desde hace más de 365 días, que nuestras prioridades están más que claras, que sabemos para qué vinimos y que las bases no cambiaron. Vamos a luchar inclaudicablemente para darles un país mejor a los y las que trabajan día a día, donde las oportunidades no estén concentradas en unos pocos, donde la educación, la ciencia, la tecnología y el trabajo tengan el lugar que merecen, donde la industria muestre todo el potencial y recursos que tenemos.
Una Casa Común donde la solidaridad, la igualdad y el amor por la Patria grande, libre y soberana imperen es posible. La estamos construyendo entre todos y todas. Los y las invitamos a ser parte.
Comprometidos con la Educación Técnica y Profesional
La Educación Técnica y Profesional es aquella parte de la educación que se ocupa de impartir conocimientos y destrezas o capacidades para el mundo del trabajo. En América Latina, este tipo de enseñanza surgió entre 1940 y 1970, concebida como una alternativa a la educación secundaria tradicional que luego se trasladaría al nivel superior mediante programas intermedios y tecnicaturas. En Argentina, el peronismo creó el Sistema de Educación Técnica en la década de 1940, por medio del cual se incluyó a los sectores populares tradicionalmente excluidos por los sistemas educativos tradicionales. Paralelamente, las organizaciones de trabajadores/as hemos ido diseñando nuestras respectivas propuestas de formación técnica y profesional.
A pesar de su amplia oferta y gran desarrollo educativo, la Educación Técnica y Profesional en nuestra región muchas veces es criticada por su calidad y por no responder a las necesidades de los mercados de trabajo, liberalmente entendidos. De acuerdo a la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe “se cuestiona la efectividad de sus procesos de enseñanza y aprendizaje para desarrollar en las personas competencias relevantes y acordes con las demandas de su entorno”. Con el objetivo de contrarrestar esto, en nuestro país se creó en el año 2005 el Fondo Nacional para la Educación Técnica Profesional, financiado con un monto que no puede ser menor al 0,2% del total del presupuesto anual consolidado. De esta manera, las instituciones de este tipo de formación son directamente fortalecidas por el Estado, que pasó a tener un rol activo en los procesos educativos orientados a la inserción laboral.
Desde FATERYH, en nuestro rol de defensores y defensoras de los intereses de los trabajadores/as de edificios, reafirmamos nuestro compromiso con la capacitación y formación profesional de sus afiliados/as. Dentro de nuestra oferta educativa se encuentran los Institutos Superiores de Formación Técnica N° 222 (Mar del Plata) y N°225 (San Martín) con un renovada propuesta y cuyas preinscripciones se encuentran abiertas. En San Martín se encuentra la Tecnicatura Superior en Desarrollo de Software y en Mar del Plata la Tecnicatura Superior en Hotelería. Ambos trayectos buscan formar profesionales con conocimientos sólidos y preparados/as para el mundo laboral del siglo XXI. Para informes e inscripciones, comunicarse a [email protected] (Mar del Plata) o a [email protected] (San Martín).
Entendemos que los y las trabajadoras deben contar con formaciones integrales, aplicables a sus tareas diarias y que les permitan crecer laboral y personalmente. Por eso, promovemos de manera constante el ejercicio del derecho a la educación en el nivel superior de los trabajadores, trabajadoras y sus familias.
Nuevos desafíos para las industrias culturales
La pandemia de coronavirus significó un enorme desafío para la economía global en este 2020, poniendo en jaque nuestra forma de producir y consumir bienes y servicios y llevándonos a repensar los mecanismos para adaptarnos al aislamiento. Sin duda alguna, el ámbito de la cultura fue de los más afectados por las restricciones que imponen los cuidados sanitarios, dado el inherente carácter social de toda práctica artística. La adaptación al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio implicó un fuerte golpe en la economía de las industrias culturales.
A la condición estructural de la industria, determinada generalmente por ocupar un lugar de menor prioridad y peso en la economía de los países del continente, ahora se le añadió una mayor desigualdad entre los actores más establecidos, que cuentan con recursos para enfrentar la crisis, y aquellos artistas emergentes que se ven ante una creciente dificultad para llevar adelante sus producciones.
Ante este escenario, el Banco Interamericano de Desarrollo, junto con una red de expertos/as del sector cultural y creativo de América Latina, llevó adelante un diagnóstico de la situación actual de las industrias culturales: los nuevos desafíos que surgen con la pandemia y algunos posibles modelos de negocio para afrontarlos.
Como parte de las medidas que surgieron para sobrellevar la nueva normalidad que exige la pandemia, la articulación de las industrias culturales con las nuevas tecnologías hoy resulta más fundamental que nunca. La virtualidad emerge como espacio alternativo donde muchas expresiones culturales encuentran un medio, al menos transitorio, para seguir exhibiéndose ante el público. Películas, obras teatrales, recitales y charlas vía streaming ya se han vuelto parte de la cotidianeidad de muchos/as artistas y espectadores, y existen motivos para pensar que este cambio llegó para quedarse.
Contemplando los períodos de menor circulación del virus, los/as especialistas sugieren la transformación de espacios como cines y teatros para reducir la cantidad de asientos disponibles y la adaptación de predios para la realización de autocines, favoreciendo una mayor separación entre espectadores. Además, la venta online de piezas de arte se ha vuelto un medio de supervivencia para muchos/as artistas de distintas ramas.
Si algo positivo puede mencionarse acerca de esta nueva normalidad, es que los/as espectadores/consumidores de arte empezaron a habituarse más a pagar por el trabajo de los/as artistas, que la infraestructura necesaria para la realización de grandes streamings es fuente de empleo para trabajadores/as audiovisuales y que la virtualidad elimina las limitaciones geográficas, posibilitando que las producciones culturales alcancen públicos nuevos.
Como iniciativa del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires se empezó a organizar la Feria Independiente de Cultura (Finde) que cada semana brinda espacio a diferentes propuestas artísticas y culturales para que obtengan difusión y puedan comercializar sus producciones. Además, desde el Grupo Octubre adaptamos la oferta de nuestros diversos espacios para seguir difundiendo las expresiones artísticas y culturales pese a las dificultades que impone la pandemia. La sala Caras y Caretas continúa ofreciendo una cartelera de espectáculos para disfrutar online desde casa, la plataforma Octubre TV es una ventana de exhibición muy importante para numerosas producciones audiovisuales independientes y la Editorial Octubre ofrece distintas obras para descargar desde su página en formato e-book.
En este contexto tan particular, es sumamente importante que manifestemos todo el apoyo posible para nuestros/as artistas y referentes culturales, cuya labor nos enriquece cada día a todos y todas, y construye la identidad de nuestros territorios.
Articulación, unidad y diálogo ante la adversidad
Desde su origen, la finalidad del sindicalismo ha sido una: la defensa de los intereses económicos, sociales y laborales de los trabajadores/as, con miras a mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Habiendo atravesado gran parte del año en una pandemia, podríamos sumar a esta definición la defensa del derecho a gozar de una salud plena. En el camino hacia lograrlo, el accionar articulado con el Estado es indispensable. En nuestro país, aún es una cuenta pendiente que todo el sistema político acuerde en que esto debe ser una prioridad, sin importar el gobierno de turno: los sindicatos siempre debemos tender puentes de solidaridad en beneficio de nuestros afiliados y afiliadas, y de la comunidad en general.
En este contexto tan especial, los encargados/as de edificios tienen un rol muy importante porque sus tareas son esenciales, tanto para mantener los edificios en funcionamiento como para ayudar a aquel adulto o adulta mayor, o persona con enfermedad preexistente, a salir lo menos posible de su hogar. Por eso, desde SUTERH entendimos desde el primer momento que nuestro rol era, más que nunca, defender sus intereses y entablar vías de comunicación con organismos estatales y no estatales, en pos del bienestar de nuestros trabajadores y trabajadoras.
Al poco tiempo de haber llegado la pandemia al país, dimos inicio a la campaña “Cuidado y Contención” junto con el Programa de Atención Médica Integral (PAMI). Su objetivo es informar a administradores/as de consorcios y afiliado/as al PAMI sobre las medidas de prevención durante la emergencia sanitaria. Además, promueve la colaboración por parte de los encargados y encargadas de edificios en las acciones que tenían como fin mitigar los efectos del aislamiento, en los momentos de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
Posteriormente, decidimos poner en marcha junto con el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) campañas de concientización en los edificios para terminar con la discriminación hacia el personal de salud y los/as pacientes de coronavirus. En SUTERH comprendemos que nuestro rol social como representantes de trabajadores/as es fundamental en un contexto como el actual.
Además, atendiendo así los intereses inmediatos de nuestros afiliados/as, construimos un Centro de Internación Transitoria en nuestro predio de La Reja con 40 camas para pacientes de COVID-19 con síntomas leves. En sintonía con esto, impulsamos una campaña de donación de plasma junto con la Fundación Hematológica Sarmiento y así colaboramos con miles de personas que fueron curadas con esta metodología.
La crisis sanitaria ha puesto en evidencia la necesidad de actuar de manera concertada y que no hay salidas individuales a los problemas colectivos. Desde SUTERH estamos orgullosos de aportar nuestro granito de arena a que la sociedad argentina enfrente de la mejor manera posible la pandemia.
FATERYH: la unión hace la fuerza
Nuestro país tiene una constitución federal, pero ¿Qué significa esto? En el federalismo, distintas unidades políticas deciden confluir para formar una entidad mayor: la federación. Su objetivo es poder tomar decisiones en conjunto, mostrarse como una unidad y, a su vez, conservar cierta independencia local que les permita preservar sus características propias y actuar acorde a ellas. En el caso de Argentina, las 23 provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la potestad de tomar ciertas decisiones a nivel local, mientras que debe acatar otras que provienen del Gobierno nacional.
De manera similar, los sindicatos de trabajadores/as de edificios de todo el país confluimos en la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERYH). Cada agrupación de trabajadores y trabajadoras de edificios depende parcialmente de la organización central sin perder la capacidad de tomar algunas decisiones basadas en las particularidades regionales. Además, la concertación voluntaria nos permite actuar coordinadamente, otorgándonos un mayor peso en el panorama político-social nacional, y por ende, una certera capacidad de defender los derechos de nuestros y nuestras representadas.
A lo largo y a lo ancho del país, los sindicatos y delegaciones de encargados/as de edificios generan políticas para sus afiliados. En SUTERYH Córdoba, durante la pandemia los trabajadores/as de edificios acceden al transporte público de manera gratuita, al ser considerados esenciales y gracias al accionar de las autoridades sindicales. En SUTERYH San Juan, los afiliados/as tienen la posibilidad de acceder a un Plan de Vivienda en el Barrio Santa Lucia, garantizando uno de los derechos más importantes para los trabajadores y trabajadoras. Por otro lado, SUTERH Tucumán cuenta con el Complejo Polideportivo y Turístico El Cadillal para sus afiliados y afiliadas. En el Área Metropolitana de Buenos Aires contamos con servicios como la Red Vivir sin Violencia y la Salud en Nuestras Manos. Solo nombrando algunas de las políticas podemos ver la diversidad de iniciativas que componen FATERYH y que responden a las múltiples necesidades de cada rincón de la Argentina. Sumado a esto, hay servicios que se imparten en todo el país, como los cursos virtuales del Centro CIVET y los encuentros de capacitación para dirigentes sindicales.
Este breve resumen de medidas tomadas por nuestros sindicatos dan cuenta de la herramienta fundamental que constituye el federalismo para los y las trabajadoras. Vivimos en un país amplio y muy diverso, en el cual no funcionarían medidas unitarias, tomadas en un punto del mapa para ser aplicadas en el resto del país. Por eso, una federación nos da la posibilidad de atender las particularidades de cada jurisdicción en lo local, pero también confluir para defender en lo nacional los derechos de todos y todas las trabajadoras de edificios.