Hoy se cumplen 66 años de la inauguración del autódromo “Juan y Oscar Gálvez”. Su nombre original fue “17 de octubre”, así lo bautizó el gobierno peronista cuando terminó su construcción en 1952. Pero, como escribí hace unos días, la dictadura de Aramburu prohibió todo tipo de alusiones al peronismo, por lo que fue rebautizado como “Autódromo Municipal” para luego ser oficialmente nombrado Gálvez en 1989.
El gobierno de Perón se preocupó activamente por llevar adelante políticas públicas en torno al deporte. Hubo una renovación en la actividad física nacional en las escuelas y se llevaron adelante grandes obras entre los que se encuentran préstamos a clubes de fútbol (Huracán, Racing, entre otros) para la edificación de sus canchas.
En diciembre de 1949, Juan Manuel Fangio y José Froilán González se reunieron con el presidente en la Casa Rosada y plantearon la necesidad de tener un autódromo nacional para competir internacionalmente de local. Hasta entonces, se disputaban las carreras en circuitos callejeros: los circuitos de Retiro, Mar del Plata y, luego, el de Palermo (uno de muchas curvas en el bosque). La iniciativa fue aprobada de inmediato por Perón.
La construcción tardó en iniciarse pero se llevó a cabo en poco más de 14 meses. El 9 de marzo de 1952 se inauguró el autódromo 17 de Octubre, con el objetivo de mejorar y estar en el podio mundial. La misión fue cumplida con creces.
Las políticas proclives a agrandar la nación no precisan del constante aval y dinero extranjeros. Se trata de proponer un modelo de país que se sostenga fuerte en todos los frentes. El gobierno de Perón es prueba fehaciente de lo que puede lograr un país que se preocupa por el futuro de su pueblo de manera integral.