Arrancó la veda electoral en todo el país. Estas 48 horas tienen el propósito de instar a la reflexión de los ciudadanos. Nuestra democracia, cada vez más fuerte desde 1983, precisa de un electorado despierto y capaz de discernir entre quienes mejor lo representan. Porque el electorado es el pueblo argentino, la nación en su totalidad, y es derecho inexorable de su esencia y sustancia el asumir el compromiso ante las urnas.
El pueblo es soberano y, como tal, este domingo ejercerá su autoridad en comunidad. Es vital, en tal solemne fecha, que meditemos acerca del país que queremos para nuestra querida Argentina.
¿Cuándo estuvimos mejor? Esa es una pregunta elemental para el vecino elector.
¿Estuvimos mejor estos últimos meses o en años pasados? La veda que se impone nos insta a reflexionar, a pensar sin condicionantes externos. No hay racionalización sin duda, pero vacilar no quiere decir que debamos paralizarnos. Es necesario llevar adelante un ejercicio de la duda consciente. Darnos el tiempo para pensar qué vamos a elegir y por qué.
Cuando votamos, estamos asumiendo una postura ante el mundo, ante nuestros vecinos, por nuestras familias, por el futuro de todos. Ejercer el sufragio es poner en juego una visión del mundo que implica querer estar mejor, que todos lo estén.
Este domingo, los argentinos votamos para marcar un camino que se definirá en octubre. Este domingo es un llamado a la reflexión, para llegar a octubre encaminados por una Argentina más justa.