Un compromiso de lealtad

El 17 de octubre de 1945, Argentina cambió para siempre. Lo que nadie había imaginado, sucedió. El pueblo trabajador, irrumpió en el escenario político, sin pedir permiso

Ni siquiera a sus dirigentes, que seguían deliberando, cuando desde los cuatro puntos cardinales se ponía en movimiento la mayor epopeya popular de nuestra historia. Miles y miles de hombres y mujeres llegaron a la Plaza de Mayo haciéndola suya. Las patas en la fuente,  el cruce del Riachuelo a nado, las antorchas prendidas en la noche,  son postales de aquel glorioso primer día peronista.

Bajo un sol abrasador, la multitud  hizo saber que no se movería hasta lograr lo que había ido a buscar y que se resumía en un solo grito: ¡Queremos a Perón! Era el atronador reclamo por la libertad de quien pagaba con la cárcel, impuesta por sus sus enemigos,  la osadía de haber terminado con la explotación de las patronales acostumbradas a mandar, y a ser obedecidas.

Una transformación alcanzada en paz, a través de unarevolucionaria obra de reparación social y laboral. Así fue que, pasadas las 11 de la noche, el por entonces coronel Juan Domingo Perón, salió al balcón de la Casa Rosada, y saludó a los presentes con la palabra más esperada: ¡Trabajadores!Nacía en ese instante una Argentina moderna, más justa y  más democrática, como nunca antes se había imaginado. Los socios del Jockey  Club, la inefable Sociedad Rural, las cámaras empresarias,  lospartidos tradicionales, y los medios de comunicación a su servicio, no llegaron a aceptar jamás que ya  no podrían quedarse con la parte del león, repartiendo entre quienes generaban la riqueza sólolas migajas del festín.

Por eso,  desde el primer día conspiraron, difamaron, mintieron  buscando minar la fe y la confianza en el gobierno y en Perón. Sin embargo, a pesar de sus intentos, de las bombas, los fusilamientos, las persecuciones y la proscripción, jamás pudieron con la lealtad del pueblo peronista. Tampoco pudo la feroz dictadura instaurada el 24 de marzo de 1976. Ni lo han logrado ni lo lograrán  las distintas uniones democracias y alianzas creadas por las minorías y las corporaciones económicas.
A 68 años de la  gesta del primer 17 de octubre, nuestro compromiso de lealtad  sigue más firme que nunca. Por Perón y por Evita, por todas las compañeras y compañeros que soñaron y sueñan con vivir en una patria justa, libre y soberana, por  Néstor Kirchner quesigue dando pelea junto a nosotros, y por Cristina que, sobreponiéndose a todos los obstáculos, sigue redoblando su entrega  personal, para llevar nuestras banderas a la victoria.