El deporte en todas sus manifestaciones tiene una presencia cada día más relevante en la vida de las sociedades modernas.
En nuestro país, la práctica deportiva se remonta a la historia de los pueblos originarios. A la llegada de los españoles, los mapuches ya jugaban al palín, que consistía en pegarle a una pelota pequeña con un palo de madera similar a los actuales palos de hockey.
Muy tempranamente fueron apareciendo también los deportes de a caballo creados por los gauchos. El pato, consagrado en 1953 como deporte nacional, ya se jugaba en 1610 según investigaciones históricas. Y las jineteadas se convirtieron en verdaderas fiestas populares y han sobrevivido hasta nuestros días.
El juego de bochas llegó con los conquistadores españoles, y se juega al menos desde del siglo XVII hasta nuestros días. En 1806 y 1807, los invasores ingleses jugaron al cricket, y el primer club deportivo en el país fue el Buenos Aires Cricket Club, que data de 1864 y todavía existe. Muchos deportes tuvieron origen británico. El fútbol, el rugby, el tenis, el box, el polo, el remo.
En los comienzos en los clubes se escribía todo en inglés. Incluso la AFA, fundada en 1893, se denominó The Argentine Association Football League. Pero, a poco de andar el juego de la pelota de cuero cosida con tiento se fue argentinizando, convirtiéndose en el deporte más popular en nuestro país. El rugby se jugó antes que el fútbol entre nosotros. Pero alcanzó una aceptación limitada. Otra verdadera pasión nacional, el boxeo, consagró como su primer campeón a Jorge Newbery, en diciembre de 1899. Con los años la práctica boxística se extendió y fueron apareciendo grandes campeones. A fines del siglo XIX surgen los primeros clubes argentinos dedicados a la gimnasia artística: Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) y la Sociedad Suiza de Gimnasia, en 1880 y 1885 respectivamente. El hockey sobre césped, en 1908 se fundó la Asociación Argentina de Hockey, es practicado masivamente en colegios y clubes, sobre todo entre las mujeres. Las Leonas, como apodan a la selección femenina, se cuenta entre las mejores del mundo. Para cortar con tanto influjo inglés, digamos que el ciclismo llegó a la Argentina hacia 1898 de mano de los miles y miles de italianos inmigrantes que se radicaron en estas tierras. Que los vascos introdujeron sus juegos de pelota. Los orientales las disciplinas de lucha.
En las primeras décadas del siglo XX, en el país se practicaban infinidad de deportes, y los clubes comenzaban a nacionalizarse y a escribir su propia historia y en su propio idioma. Fuimos uno de los doce países -el único iberoamericano- en la fundación del Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894. Pero, salvo muy pocas presencias, recién en los Juegos Olímpicos de París 1924, Argentina formó una delegación olímpica organizada. Por aquellos años, respondiendo a una necesidad creciente, todo se encaminó hacia la realización del congreso fundacional de la Confederación Argentina de Deportes, que quedó constituida en septiembre de 1921, con representantes del atletismo, el tiro, el Lawn Tenis, el balón, la natación, el box, el basquetbol, el motociclismo, el ciclismo, y el fútbol, designándose Presidente de la Confederación Argentina de Deportes al Dr. Marcelo Fitte.
En la década que va de 1945 a 1955 el deporte adquiere una nueva dimensión y rápidamente se convierte en política de Estado. El primer Plan Quinquenal decía: “El Estado auspiciará el desarrollo de la cultura física del pueblo en armonía con su formación moral e intelectual mediante el ejercicio del deporte.” Durante las dos primeras presidencias del General Perón, la actividad deportiva vivió sus mejores años, con sobresalientes triunfos olímpicos, mundiales y panamericanos. Fue cuando Delfo Cabrera, ganó el oro en 1948, en la maratón olímpica de Londres; Juan Manuel Fangio comenzó a sumar campeonatos mundiales en fórmula 1; la selección argentina de básquetbol masculino se adjudicó el Primer Campeonato Mundial y el boxeador Pascual Pérez, se convirtió en el primer campeón mundial argentino. En la misma época, ganamos tres medallas de oro en el primer Campeonato del Mundo de Pelota Vasca. La primera tenista que descolló internacionalmente fue Mary Terán de Weiss, número 1 en el país y llegó a estar entre las primeras 20 en el ranking mundial.
En los campeonatos Evita, miles de chicos y chicas de todo el país participaban de los Torneos que tuvieron entre sus principales fines y objetivos, la prevención de la salud y de enfermedades; a los niños participantes, en las competencias, se les realizaba un exhaustivo examen médico que incluía radiografías de tórax, estudios de laboratorio, control de las vacunas establecidas como obligatorias en aquellos años y mediciones antropométricas básicas. La caída del peronismo en 1955 significó para el deporte el inicio de una etapa de declinación que duró décadas. El potencial deportivo argentino está muy por encima de los resultados alcanzados en las grandes competencias internacionales.
El impulso que se le ha dado al deporte de alta competición en los últimos años requiere mantenerse y profundizarse en el tiempo para no convertirse en un intento fallido. La Confederación Argentina de Deportes agrupa a todas las Federaciones, Confederaciones y Asociaciones deportivas de origen nacional. A lo largo de su rica historia ha trabajado en todos los niveles del deporte argentino y actualmente tiene una fuerte política de formación deportiva en los niveles intermedios, brecha que existe en la mayoría de las disciplinas deportivas entre el aficionado y el deportista de alto rendimiento. Estos son los desafíos que nos esperan, estamos entrenando fuerte, para superarlos.