Desde que el coronavirus se convirtió en una pandemia, hemos escuchado hablar también de la infodemia. La Organización Mundial de la Salud la define como la información excesiva sobre un problema que impide buscar una solución para el mismo. La infodemia se alimenta de la distribución de información falsa, sin corroborar y proveniente de fuentes no oficiales. Así, colabora directamente en el aumento del miedo y la confusión en la sociedad. De la mano con la infodemia, asistimos a un marcado proceso de espectacularización de la pandemia: algunos medios de comunicación aplican la lógica de la primicia y la alarma para comunicar un tema que debería ser tratado con suma responsabilidad social.
En este contexto, la información es un recurso muy valioso que tanto los medios de comunicación como los y las ciudadanas debemos saber moderar. Si bien actualmente podemos acceder a todo tipo de información del mundo entero en tiempo real, esto no quiere decir que tengamos que estar expuestos/as a ella de manera constante, ya que podemos caer en manos de los datos falsos. La invasión de noticias poco confiables, maliciosas o fraudulentas aumentan el pánico, alimentan la angustia y promueven conductas incorrectas.
¿Cómo saber si la información a la que accedemos es confiable? En primer lugar, debemos leer la noticia entera y no sólo el título. Luego, investigar de dónde vino (puede ser buscando en Google el título de la nota y fijándonos quién la escribió) y cuándo fue publicada. Si tiene alguna imagen, lo mejor es buscarla en www.images.google.com. Por último, es recomendable no reenviar los audios y buscar por escrito la información que contienen. Además, está disponible Confiar, una iniciativa de la Secretaría de Medios y Comunicación Pública desarrollada por la Agencia Nacional de Noticias Télam. Allí se puede corroborar la información con un Verdadero/Falso, acceder a una guía para identificar noticias falsas y a una Caja de Herramientas con recursos para actuar frente a ellas. Si todos y todas nos tomamos el tiempo de realizar estos pequeños pasos antes de reenviar aquello que recibimos, vamos a estar ayudando a disminuir la diseminación de información falsa.
Ante la pandemia, no debemos olvidar el importante rol que cumplen los medios de comunicación, ya que la lucha contra los rumores y las fake news es una parte muy importante de la batalla contra el virus. En este sentido, el experto en comunicación Omar Rincón, afirmó en una entrevista con Página/12 que “el virus vive feliz en los medios” y que estos “tienen que recordar que menos es más: que este virus no es un partido de fútbol, que cada enfermo no es un gol, que cada decisión de los gobiernos no es un cántico de barra brava; menos es más, pero un menos con conciencia social y un más con responsabilidad democrática”. En este punto, quiero destacar la importante labor que desde el Grupo Octubre y los medios de comunicación que nuclea se está llevando adelante. Tanto el diálogo con Rincón como la difusión del trabajo que se realiza desde el Conicet para identificar fake news por parte de Página/12, y la entrevista al Licenciado en Comunicación, Ezequiel Rivero, desde AM750 son muestras de la responsabilidad, seriedad y cautela con las que se está tratando el tema.
En situaciones tan sensibles como la que estamos atravesando, la presentación de datos corroborados, opiniones especializadas y recomendaciones de fuentes oficiales hacen la diferencia en el día a día de las personas. Tomemos esta oportunidad para reflexionar en torno al rol de los medios de comunicación, su indudable responsabilidad en el tratamiento de la información y la importancia de no caer en la espectacularización de la pandemia. El show del coronavirus no debe continuar.