La crisis avanza, las aulas se vacían

La Declaración Universal de los Derechos Humanos instituye la educación como un derecho humano fundamental. En nuestra Constitución Nacional, el artículo 75 establece que el Estado posee la responsabilidad indelegable de garantizar la gratuidad y equidad de la educación pública. Acceder a un aprendizaje gratuito y acorde a nuestras necesidades es un derecho humano, no un privilegio.

No obstante, la inflación registrada en los últimos meses genera cada vez más dificultades en el acceso universal a la educación. El Instituto Estadístico de los Trabajadores, en su análisis de la inflación registrada en abril de este año, señaló que el sector educativo aumentó un 16,6% respecto de marzo. Por otro lado, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos reflejan que entre marzo de 2018 y marzo de 2019 la inflación en educación fue del 36,5%.

En este contexto, muchas familias no pueden seguir enviando a sus hijos a la escuela. La crisis económica generalizada y la profundización de la inflación genera un aumento en la deserción escolar. De acuerdo al 9no Monitor de Clima Social del Centro de Estudios Metropolitanos, en CABA el 15% de las personas afirmó que sus hijos o hijas tuvieron que abandonar su educación para trabajar o porque no era posible afrontar los costos de la misma. En el segundo cordón del conurbano bonaerense, este número llegó al 20%.

La educación es central en el desarrollo social, humano y económico de todas las personas. Es un elemento clave para lograr la igualdad de oportunidades al interior de una sociedad y la crisis económica actual atenta contra este derecho. Desde SUTERH, el Plan Escolar Solidario es nuestra manera de acompañar a los/as afiliados y afiliadas mediante la entrega de una notebook, guardapolvos, mochilas, set de útiles escolares y el libro escolar.

El modelo económico y social a nivel nacional genera que el acceso a la educación se reduzca cada vez más. En este sentido, el fuerte achicamiento del Presupuesto Educativo en los últimos años acrecienta la gravedad de la situación.

La educación debe ser gratuita, de calidad y obligatoria para todos y todas. Es un derecho universal y no el privilegio de unos pocos.