“Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”, esa era la principal premisa que defendían los obreros americanos cuando comenzaron una huelga general el 1 de mayo de 1886 que culminó en violencia dejando varios heridos y a muchos líderes del movimiento obrero presos y condenados a muerte. Es por ellos, en su honor, que todos los años se elige este día para conmemorar el Día del Trabajador, una fecha especial en la que los trabajadores reivindican los derechos conseguidos y actualizan el reclamo por los que aún faltan.
Sin embargo, este año el movimiento obrero argentino llega a este día en una situación compleja, dominada por una inflación estructural que lleva a la inevitable caída del salario real y en consecuencia obliga a redoblar el compromiso para velar de un modo efectivo por los derechos y necesidades de los trabajadores y trabajadoras.
Además no debemos olvidar que actualmente hay una gran cantidad de los trabajadores que, pese a ser cruciales para el desarrollo de la sociedad ya que hay una importante porción del mercado que depende de la economía popular, no cuentan con esas condiciones de trabajo. Es muy importante reconocer la labor de estas personas que continúan sosteniendo actividades absolutamente necesarias a pesar de la dificultad que significa estar excluidas del mercado formal. Sin duda, es un desafío aún pendiente seguir generando políticas de estado que contribuyan a garantizar a estos trabajadores el piso de dignidad y derechos que el mercado no fue capaz de darles.
De igual manera, si bien durante el gobierno de Nestor Kirchner se le garantizó a un millón y medio de mujeres amas de casa a acceder al derecho de tener una jubilación aun sin completar los años de aportes necesarios, aún queda por hacer en la lucha por la inclusión de las mujeres en condiciones equitativas en el mercado laboral y en el reconocimiento de los trabajos no remunerados cruciales para el desarrollo de la vida familiar ya que, muchas veces, esto dificulta su pleno acceso y crecimiento dentro del mundo laboral, ubicándose en una posición de desventaja para competir con otros hombres por un puesto y en consecuencia, limitan el goce de sus derechos económicos.
Hoy estamos viviendo un momento bisagra, un momento histórico realmente interesante pero complejo, tanto a nivel mundial como nacional, difícil predecir hacia dónde se dirige. Hoy podemos decir que no existen condiciones reales para celebrar el Día del Trabajador en la Argentina pero de lo que si estamos convencidos es que nos convocan nuestras convicciones y nuestro compromiso incansable: devolverle la esperanza al trabajador, luchando por el trabajo digno pero también por ampliar sus derechos en este contexto tan incierto.
Desde Suterh somos conscientes que los aportes de los trabajadores, sus conocimientos y experiencias son fundamentales para el crecimiento del gremio. Ellos ocupan un rol muy importante en la vida de cientos de personas ayudándolos día a día, colaborando, brindando su confianza y trabajando para dar soluciones pero nuestros afiliados y afiliadas también necesitan sentirse motivados, satisfechos, felices son su trabajo y fundamentalmente acompañados por un gremio que trabaje arduamente para brindarles servicios de alta calidad y herramientas que les permitan crecer, perfeccionarse y mejorar sus oportunidades.
Por eso este 1 de mayo, debe ser un llamado al conjunto de la dirigencia a levantar las banderas de una lucha constructiva, ejemplar, que busque recuperar el salario digno, terminar con el hambre y reivindique a la clase trabajadora como motor para enfrentar las políticas de ajuste impuestas por organismos internacionales pero manteniéndonos alerta, porque el enemigo con sus recetas neoliberales está a la vuelta de la esquina preparado para volver a instalar el gobierno que solo piensa en unos pocos, eliminando con sus ajustes los derechos que conquistamos luego de tantos años de lucha y nuevamente dar marcha atrás con todos los indicadores sociales y económicos que uno pueda imaginar.
Pensando en esto, considero que es una gran responsabilidad para mí continuar fortaleciendo al sindicato como lo hemos hecho durante estos años, priorizando las necesidades y los derechos de los trabajadores y trabajadoras de edificios. Lo cierto es que Argentina es lo que es gracias a su gente y su esfuerzo que es aquello que le permite superar todos los obstáculos que enfrenta desde el comienzo por eso, estamos convencidos que la salida es con el trabajador adentro. Tirando juntos para el mismo lado para recuperar la fuerza del movimiento y la militancia, promoviendo el desarrollo, la inclusión y exponiendo a los especuladores que se escudan en las necesidades del pueblo cuando en realidad lo único que quieren incitar a la violencia institucional para conseguir poder y obtener beneficios propios.