Los números que afectan a lxs trabajadorxs

La situación de crisis que está atravesando nuestro país se hace evidente en los distintos ámbitos de nuestras vidas cotidianas. El poder adquisitivo del salario cayó un 18% desde fines de 2015 y se estima que el desempleo alcanzará el 2019 el nivel más alto de los últimos 15 años. Esta situación nos exige comprometernos día a día con la construcción de una alternativa electoral que le devuelva el gobierno a la gente y tenga en el centro de sus prioridades el desarrollo y el bienestar de la población.

Según el informe del observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la crisis económica impacta en dos grandes aspectos del mercado laboral: la pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral.

Las políticas de ajuste y recesión destruyen el empleo de calidad. Entre marzo y julio de este año, 97.400 trabajadores registradxs perdieron su puesto. Los altos índices de desempleo también se ven afectados por el aumento de la cantidad de personas que se incorporan al mercado de trabajo, para compensar la disminución de los ingresos en sus familias. Sin embargo, no encuentran trabajo y eso genera un aumento de la tasa de desempleo.

La precarización laboral es otro de los efectos directos de la crisis económica sobre lxs trabajadorxs. Nuestra economía es incapaz de generar puestos de calidad para responder a las demandas de la clase trabajadora y la precarización lleva dos años aumentando. La situación en la que se encuentra la Argentina, con las condiciones de vida que cada día son peores, sumado al aumento de desempleo, lleva a que quienes buscan trabajar acepten ciertos puestos aunque signifique malas condiciones laborales, o empleos no registrados. De esta forma, más del 50% de lxs trabajadorxs no se encuentran registrados, lo que implica su total desprotección frente al empleador y el incumplimiento de sus derechos laborales básicos.

A la situación del empleo se le suma la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. El último informe de inflación del Instituto de Estadístico de los Trabajadores, también perteneciente a la UMET, así lo demuestra. El aumento escalonado de los precios disminuye la capacidad de compra de los salarios. Es decir, cada vez son menos los productos que puede comprar cada unx con su salario. Desde 2015, el poder adquisitivo disminuyó 18%. Es la caída más profunda desde 2002, que afecta directamente la calidad de vida de lxs trabajadorxs.

En octubre, los precios aumentaron un 6,1%, eso suma un total de 40,9% en lo que va del año. Los gastos de vivienda fueron los más afectados por la suba del gas y de los alquileres. Por su parte, el transporte es el segundo rubro que más aumentó, debido a la suba de la nafta y el transporte. Desde 2019 el transporte se verá aún más afectado por la quita de subsidios nacionales, que dejarán de ser enviados a las provincias y municipios, lo que posibilita hoy que las redes de colectivos mantengan valores accesibles para los usuarios. La alternativa será que las cajas provinciales y municipales absorban los subsidios, o los aumentos los pague la clase trabajadora, por lo que la tarifa podría escalar a casi el doble del precio actual.

La crisis económica afecta principalmente a lxs asalariadxs de menores ingresos, debido a los aumentos en la canasta básica, que representan proporciones mayores en sus salarios, en relación a los sectores de con altos ingresos. Es por ello, que su calidad de vida se ve más rápidamente perjudicada ante la suba de precios en bienes y servicios.

Sin embargo, no podemos esperar que esta situación cambie si no hacemos algo al respecto. La política es el medio y la herramienta para mejorar la calidad de vida de lxs trabajadorxs. La crisis nos obliga a enfocarnos en nuevos proyectos de país que pongan el trabajo como eje fundamental para alcanzar el desarrollo argentino, mejorar el empleo, priorizar la industria local y colocar en el centro de sus prioridades el bienestar de la gente. Y ello no será posible de otra forma que no sea por medio de la unidad de los diversos sectores políticos, pero manteniendo el valor del trabajo, la igualdad de género, la educación y la inclusión.