Nuevos desafíos para las industrias culturales

La pandemia de coronavirus significó un enorme desafío para la economía global en este 2020, poniendo en jaque nuestra forma de producir y consumir bienes y servicios y llevándonos a repensar los mecanismos para adaptarnos al aislamiento. Sin duda alguna, el ámbito de la cultura fue de los más afectados por las restricciones que imponen los cuidados sanitarios, dado el inherente carácter social de toda práctica artística. La adaptación al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio implicó un fuerte golpe en la economía de las industrias culturales.

A la condición estructural de la industria, determinada generalmente por ocupar un lugar de menor prioridad y peso en la economía de los países del continente, ahora se le añadió una mayor desigualdad entre los actores más establecidos, que cuentan con recursos para enfrentar la crisis, y aquellos artistas emergentes que se ven ante una creciente dificultad para llevar adelante sus producciones.

Ante este escenario, el Banco Interamericano de Desarrollo, junto con una red de expertos/as del sector cultural y creativo de América Latina, llevó adelante un diagnóstico de la situación actual de las industrias culturales: los nuevos desafíos que surgen con la pandemia y algunos posibles modelos de negocio para afrontarlos.

Como parte de las medidas que surgieron para sobrellevar la nueva normalidad que exige la pandemia, la articulación de las industrias culturales con las nuevas tecnologías hoy resulta más fundamental que nunca. La virtualidad emerge como espacio alternativo donde muchas expresiones culturales encuentran un medio, al menos transitorio, para seguir exhibiéndose ante el público. Películas, obras teatrales, recitales y charlas vía streaming ya se han vuelto parte de la cotidianeidad de muchos/as artistas y espectadores, y existen motivos para pensar que este cambio llegó para quedarse.

Contemplando los períodos de menor circulación del virus, los/as especialistas sugieren la transformación de espacios como cines y teatros para reducir la cantidad de asientos disponibles y la adaptación de predios para la realización de autocines, favoreciendo una mayor separación entre espectadores. Además, la venta online de piezas de arte se ha vuelto un medio de supervivencia para muchos/as artistas de distintas ramas. 

Si algo positivo puede mencionarse acerca de esta nueva normalidad, es que los/as espectadores/consumidores de arte empezaron a habituarse más a pagar por el trabajo de los/as artistas, que la infraestructura necesaria para la realización de grandes streamings es fuente de empleo para trabajadores/as audiovisuales y que la virtualidad elimina las limitaciones geográficas, posibilitando que las producciones culturales alcancen públicos nuevos. 

Como iniciativa del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires se empezó a organizar la Feria Independiente de Cultura (Finde) que cada semana brinda espacio a diferentes propuestas artísticas y culturales para que obtengan difusión y puedan comercializar sus producciones. Además, desde el Grupo Octubre adaptamos la oferta de nuestros diversos espacios para seguir difundiendo las expresiones artísticas y culturales pese a las dificultades que impone la pandemia. La sala Caras y Caretas continúa ofreciendo una cartelera de espectáculos para disfrutar online desde casa, la plataforma Octubre TV es una ventana de exhibición muy importante para numerosas producciones audiovisuales independientes y la Editorial Octubre ofrece distintas obras para descargar desde su página en formato e-book.

En este contexto tan particular, es sumamente importante que manifestemos todo el apoyo posible para nuestros/as artistas y referentes culturales, cuya labor nos enriquece cada día a todos y todas, y construye la identidad de nuestros territorios.