Hace pocos días que la justicia falló en favor de la paridad de género en los partidos políticos, sentando precedente sobre el futuro de nuestras organizaciones. Los partidos políticos deben dar el ejemplo de conducción democrática que se espera de nuestro país. Es importante, entonces, que se respete el cupo femenino en los partidos y los frentes electorales.
Lamentablemente, es común encontrar listas con “paridad” entre hombres y mujeres que no se formalizan tras las elecciones. Ocurre que los cargos femeninos ocupan plazas como suplentes, y son muy pocos los partidos que las ubican en los primeros puestos.
Tenemos que apuntar a una sociedad más igualitaria, donde las cuestiones de género no precisen ser debatidas. Argentina se incorporó este año a la iniciativa “Paridad de Género” que busca facilitar el acceso de las mujeres a las mismas oportunidades que los hombres. Por ejemplo, se intenta regular las diferencias salariales existentes entre los géneros.
Esta iniciativa, amparada por las políticas de género que fueron propuestas por gobiernos populares, se suma a otras que han tendido a acortar estas diferencias. La más importante en 1947, cuando Argentina se convirtió en una de las primeras naciones en el mundo en otorgar el derecho al voto a las mujeres. El año pasado, la ley de paridad de género abrió las puertas a lo acontecido esta semana.
Actualmente, en este tema hay pocas diferencias entre visiones políticas. En general, acordamos que es necesario, para la democracia, contar con la representación formal de quienes conforman el 51% de nuestra sociedad. Ahora, todos lo que lo apoyaron tienen que sostenerlo para adentro de sus partidos políticos.