En el marco del 214° aniversario de nuestra querida Patria, es imperativo reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como nación, particularmente en el contexto de las políticas actuales del gobierno nacional. La satisfacción de pertenecer, de amar el suelo donde nacimos, de honrar las costumbres y tradiciones que nos identifican y enorgullecen, hoy se ve amenazada por un acuerdo vacío de contenido, diseñado más para la tribuna y los fans que para el bienestar real de nuestra sociedad.
La propuesta del gobierno no sólo carece de sustancia, sino que también está demostrando ser destructiva para la estructura de desarrollo del país. Sus políticas de ajuste brutal han resultado en la pérdida de más de 200.000 puestos de trabajo formal, afectando de forma directa a los trabajadores y trabajadoras. El supuesto equilibrio fiscal, que sólo existe en los títulos de los diarios, está lejos de reflejar la realidad económica del país.
Además, el vaciamiento de la educación pública y la crisis más grave en la historia de nuestro sistema de salud son testamentos de la ineptitud y desinterés de un gobierno que no ha implementado ninguna medida real y genuina para las clases medias y trabajadoras. Es imposible aceptar que se cree un relato para servir a un proyecto político que hiere gravemente el significado del concepto de Patria.
Esa Patria que hoy reclama volver a aquel inicial Pacto de Mayo. Un pacto que nos habla de esfuerzo compartido, de una visión común, de una identidad construida con el sudor y el esfuerzo de millones de compatriotas y de cientos de miles de extranjeros que adoptaron los valores de la argentinidad.
La primera reflexión que debemos hacer adquiere un profundo contenido sentimental. La Patria cumple 214 años y nos embarga la emoción.. Patria son tantas cosas bellas. Y es esa belleza, ese legado de los hombres y mujeres de Mayo, lo que debemos proteger y reivindicar.
Aquella idea inicial legada por los hombres y mujeres de Mayo se consolidó con el tiempo, cobrando fisonomía propia. Fue abonada con el sudor y el esfuerzo de millones de compatriotas que los sucedieron, así como de los extranjeros que hicieron suyos los valores de la argentinidad. Es en esta esencia de un pacto real, sin frases disonantes y sin renegar de principios, donde encontramos la fortaleza para seguir adelante.
Hoy, la Patria exige que aquellos responsables de la destrucción actual de nuestra estructura de desarrollo, del vaciamiento de nuestros servicios esenciales y del sufrimiento de nuestros trabajadores, asuman sus responsabilidades. Que al que le quepa el sayo, se lo ponga.
Es hora de reivindicar los derechos de los trabajadores y trabajadoras parar reconstruir nuestro país sobre las bases sólidas del verdadero Pacto de Mayo, donde el bienestar de todos los argentinos y argentinas esté por encima de los slogans vacíos de contenido y las políticas destructivas. La Patria, en su 214° aniversario, nos llama a esta noble tarea.