A mis compañeros y compañeras
Como trabajador de edificio y Secretario General del sindicato que agrupa a nuestros compañeros y compañeras, tengo el privilegio de representar a un colectivo que ha sido esencial en la historia de Buenos Aires durante más de 80 años. La labor que desempeñamos no solo se limita a las tareas diarias de mantenimiento y limpieza; somos los pilares que sostienen la vida cotidiana en nuestros edificios, creando espacios seguros y acogedores para nuestras comunidades.
Desde nuestra posición, sabemos que nuestra labor requiere no solo habilidades técnicas, sino también una gran capacidad de adaptación y un profundo sentido de responsabilidad. Cada día, enfrentamos desafíos que van desde el mantenimiento de las instalaciones de los edificios hasta la atención a las necesidades de sus habitantes, siempre con un enfoque en la satisfacción y el bienestar de quienes viven en los edificios. Es un trabajo que exige dedicación y compromiso, y lo hacemos con orgullo.
A lo largo de los años, el sindicato ha sido fundamental en la defensa de nuestros derechos laborales. Hemos luchado por condiciones de trabajo justas, salarios dignos y beneficios que garanticen la estabilidad de nuestros compañeros y sus familias. Este esfuerzo colectivo ha permitido que nuestra voz sea escuchada, y hemos logrado importantes avances que reflejan el valor de nuestra labor.
En tiempos recientes, especialmente durante la pandemia, nuestra función se volvió aún más crítica. Nos encontramos en la primera línea, asegurando la seguridad y el bienestar de los habitantes, a pesar de los riesgos que esto implicaba. La valentía y dedicación de mis compañeros y compañeras brillaron en esos momentos, demostrando una vez más que somos un colectivo trabajador fuerte y solidario.
Es fundamental que reconozcamos la importancia de nuestra labor en la construcción de una ciudad más limpia, habitable y humana. Cada rincón de nuestros edificios lleva la huella del esfuerzo y la dedicación de quienes trabajamos en ellos. Celebrar nuestra historia y nuestra labor es también un llamado a la solidaridad y al respeto por el trabajo que realizamos.
Como Secretario General del Suterh, me comprometo a seguir luchando por nuestros derechos y a promover una cultura de respeto y reconocimiento hacia los trabajadores y trabajadoras de edificios. Juntos, seguiremos construyendo un futuro en el que nuestra labor sea valorada y donde todos podamos trabajar en condiciones dignas y justas. La historia de los trabajadores de edificios en Buenos Aires es una historia de lucha y dignidad, y estoy orgulloso de ser parte de ella.