Una Argentina sin fantasmas

Entre falsas profecías y las políticas públicas inclusivas, entre el discurso del miedo y la ampliación de derechos. El deseo para 2014 es seguir creciendo y trabajar por todo lo que falta.

Hay deseos y deseos en la Argentina de cara a 2014. Si fuese por los fantasmas azuzados desde tantas pantallas y micrófonos, si fuese por las premoniciones derrotistas propaladas desde varias bancadas y columnas, hace varios años ya que la Argentina sería territorio desolado por el hambre y el desconcierto. Será el deseo e interés de algunos sectores, más preocupados porque la cizaña reporte algún punto más de ganancia o sume votos.

Pero en esta última década los argentinos no hemos sucumbido ante los agoreros, ni a las incitaciones que tienen a diciembre como mes dilecto.

El ejercicio de la memoria, la conciencia y las políticas públicas inclusivas son también el sostén de la Paz que pregonamos la mayoría de los argentinos y argentinas. Estamos acostumbrados a escuchar discursos cargados de miedo, profecías que se incumplen insistentemente. Pero ese acostumbramiento no nos embota, sino que nos permite mantenernos activos, despiertos, para seguir contribuyendo a un proyecto que contempla a todos.

Los logros no son pocos. Alcanzamos 30 años de Democracia ininterrumpida, sobre la base de avances enormes como las jubilaciones, la Ley de Medios, las paritarias que incluyen a los trabajadores, las viviendas de ProCrear, la recuperación soberana de empresas para los argentinos, la creación de millones de puestos de trabajo, la Asignación Universal, y tantos hitos que no caben en estos pocos párrafos.

Pasa que los fantasmas no entienden de certezas ni datos concretos. Una Argentina consolidada como el país con menor índice de pobreza de la región, que construye más y más escuelas y logró repatriar a cientos de científicos. Son estos años que nos permitieron ampliar derechos, en el sendero de un país que nos corresponde con un crecimiento sostenido. Un proyecto con objetivos económicos, sociales y culturales claros. Todo a pesar de un contexto de crisis internacional difícil.

Nunca creí en los fantasmas. Vamos a continuar defendiendo tantos logros, los puestos de trabajo y el bolsillo de los argentinos, y sobre todo trabajar unidos y en paz por todo lo que falta. Porque elegimos seguir creciendo. Ese es mi deseo para el próximo año y la Argentina que viene.