Desigualdad y racismo en el país de la Libertad

Hoy que el discurso del neoliberalismo vuelve a poner en el podio a las naciones europeas y a la “gran nación norteamericana”, es bueno recordar que hace no mucho más de 60 años, a buena parte de la población de la nación libre por antonomasia le eran negados los derechos civiles.

Mientras que aquí en Argentina la Revolución Libertadora derogaba la constitución peronista pero mantenía los derechos civiles, políticos y sociales de todos los argentinos en el famoso artículo 14bis, en EE.UU. se discutía aún si los afroamericanos debían tener los mismos derechos que el resto de la población.

Los autobuses mantenían, en ese entonces, a los de “raza negra” separados de los de “raza blanca”. Los negros solo podían sentarse en los últimos asientos del móvil; de hecho, debían subir por delante para pagar, bajarse luego y subir por detrás para ocupar su asiento. Si la mitad de los blancos estaba llena, la primera fila de negros debía levantarse y correrse para que los blancos se sentaran. No podían compartir asiento un negro y un blanco.

En ese contexto, el 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks se negó a dejarle su asiento en un colectivo de Alabama a un blanco. Y no se dejó persuadir por el chofer, también afroamericano; por lo que fue arrestada.

 

Tras el incidente, se inició un boicot al transporte público. Los taxistas negros ofrecían tarifa reducida para conducirlos al trabajo y muchos otros tomaron bicicletas o caminaron. El boicot fue un éxito, repercutiendo fuertemente en los ingresos de los autobuses. La lucha duró hasta diciembre de 1956, cuando la Corte Suprema declaró inconstitucionales las leyes de segregación racial en autobuses.

El caso de Rosa Parks es reconocido como el primer paso en la lucha por la igualdad de los derechos entre negros y blancos en Estados Unidos, algo que se logró recién con las leyes de derechos civiles y de derecho al voto (de 1964 y 65, respectivamente), unos años antes del asesinato del mayor líder del movimiento; Martin Luther King.