Cuando Perón llegó al Departamento Nacional del Trabajo (DNT), en 1943, el Departamento estaba en plena renovación. El coronel Giani intentaba fomentar a partir de él una instancia de negociación entre sindicatos y patronales mientras les prohibía a los sindicatos la actividad política a partir del Decreto 2669. El DNT, en aquel entonces, era conocido por ser el lugar donde caían los funcionarios que debían ser olvidados.
El sindicato de la Unión Ferroviaria, donde uno de los dirigentes era hermano de Domingo Mercante, fue el primero en solicitar que se creara un Ministerio del Trabajo, la argumentación se cimentaba sobre la base de que el DNT dependía del Ministerio del Interior, un Ministerio netamente político, y a los obreros se les había negado la política con el mencionado decreto.
Perón, acompañando a Mercante, comenzó a acercarse a las reuniones de los dirigentes sindicales y logró acuerdos salariales que marcarían el camino de quien luego sería tres veces presidente de la Nación.
Tras alcanzar la dirección del DNT (en octubre de 1943, como escribí acá), Perón derogó el decreto 2669 e implementó una nueva dirección al Departamento. Muy poco tiempo después, lograría la creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión (STyP), el 26 de noviembre de 1943, en la cual nuclearía diversas áreas como la Cámara de Alquileres, las Secciones de Higiene Industrial y Social de las Leyes de Previsión Social de la Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social, la Comisión Asesora para la Vivienda Popular y la Junta Nacional para combatir la Desocupación.
El ponderamiento de los trabajadores que realizó la STyP promovió tal confianza a los trabajadores de todo el país que, en 1945, se movilizaron por propia causa ante la detención de Perón. Si bien esa es otra historia (algo escribí aquí), la creación de la STyP fue otro paso hacia la conquista de la dignidad por parte de la clase trabajadora de nuestro país.