Futuro laboral: La discusión es aquí y ahora

El futuro del trabajo es el desafío verdadero de la agenda este 2022: Todos los líderes con vocación de transformar deben establecer políticas que aborden el problema de la ampliación de la desigualdad de ingresos y otras inequidades (inducidas por la tecnología y la reducción en la jornada laboral), más allá de la discusión instalada sobre transformar planes en trabajo genuino, capacitación y pragmatismos mediante.

Post-pandemia (que no parezca utópico ) se abrieron discusiones que la propia dinámica de la evolución de la tecnología y la robótica (lo que podemos llamar la cuarta revolución industrial ) no lograron consolidar como eje central de la agenda de los referentes sindicales , empresarios y el propio estado. Pero son ellos quienes deben comprender que el “patear para adelante” ya no es una opción. La discusión es aquí y ahora.

La respuesta, claro está, se encuentra en la importancia de la formación y la educación como motor clave del ascenso social. Pensar en los desafíos laborales del futuro implica encontrar la forma de integrar y atraer recurso humano, tanto para aquellos jóvenes que no conciben el trabajo como un modo para ganarse la vida sino como “un medio para un fin”, como para aquellos que ven en el trabajo una posibilidad de cambiar su realidad social.

Comprender el valor del talento real, en combinación a las posibilidades que ofrece el mercado laboral actual será la clave para el crecimiento de las empresas que crean trabajo, y, por ende, ayudará a que la región pueda superar esta nueva crisis en la que estamos sumidos.

Porque el trabajo del futuro se enmarcara en estructuras dinámicas mucho más flexibles, y sin dudas habrá (o hay) una nueva configuración del empleo mucho más independiente, con relaciones esporádicas entre empleado y empleador, sumado a la aventura que sugiere para los jóvenes la aldea global y las (sobre) promesas que impone la nueva economía (crypto – blockchain- tokenizacion entre otra terminologías no aptas para analógicos ).

Ante este panorama es inminente una re-definición de las organizaciones sindicales comprometidas a abordar como política la evolución y transformación que se asocian a los seguros de desempleo, salario mínimo, mecanismo de negociación colectiva, protección social asociada al puesto de trabajo. Es allí en donde se aceleraron mutaciones que son esenciales para el día a día laboral y que si o si “debemos” abordar.

Por otra parte, la convergencia y relación directa con la cuestión educativa es también un desafío mayúsculo. Es obligatorio y necesario rediseñar la currícula de la educación básica, reformar los sistemas de capacitación profesional y establecer sistemas para el aprendizaje continuo, debido a todos los estímulos que impone la digitalización de la economía y nuestra vida diaria. Pero además, siempre teniendo como norte la inclusión y el compromiso de atacar un problema como es la brecha digital como política central de inclusión social y educativa para TODAS las generaciones.

La  prioridad (y la mía) es la agenda del trabajo , confrontando indicadores y los desafíos que nos impone una realidad global muy compleja sumado a la 4ta revolución industrial ya entre nosotros.

El foco también continúa puesto en la capacitación y la inclusión laboral -desde un sentido de responsabilidad, compromiso y convicción- como la más valiosa herramienta de transformación e igualdad de derechos para todos y todas los hombres y mujeres de nuestro país.