El debate entre los medios de comunicación tradicionales y los nuevos medios se ha instalado con fuerza en la discusión excediendo los ámbitos académicos y llegando incluso a la vida social y de las familias.
Estamos siendo testigos del nacimiento de gran cantidad de medios digitales que han conquistado nuevas audiencias pero también, han alcanzado a las que generacionalmente se informaron y entretuvieron con los medios considerados tradicionales – diarios, revistas, radio y tv abierta- que han ido incorporando y habituándose cada día más a este fenómeno de ver su “periódico de cabecera” únicamente a través de una pantalla a lo que se han sumado las redes sociales que, sobre todo para los más jóvenes, representan su única fuente de información.
La evolución y aparición de distintas tecnologías junto al acceso a múltiples fuentes de información trazaron un camino que los usuarios transitan a una velocidad vertiginosa y muchas veces se enfrenta con el proceso de producción de los medios que, deben usar el tiempo que normalmente utilizaban para investigar, en desarrollar enfoques innovadores que logren sorprender y atraer el interés del público.
Los medios como aglutinadores de noticias, perdieron relevancia con la masificación de las redes sociales. Hoy en día, hay múltiples emisores que generan contenidos laterales en un contexto que se caracteriza por la falta de tiempo y donde la atención es entendida como un bien escaso por eso, es necesario publicar menos contenidos pero de mayor calidad que logran crear lealtad en las audiencias.
En este sentido el trabajo de la comunicación exige, cada vez más, una profunda comprensión de los datos para demostrar su verdadero impacto. Los profesionales deben ser capaces de adaptarse a los cambios sociales, tecnológicos y económicos llevando adelante un trabajo ágil que abarque temáticas innovadoras y ofrezca un valor agregado que invite a las audiencias a desarrollar su análisis crítico. Eso sí, siempre manteniendo la confianza y la ética en el centro de sus acciones a través de la integridad y la objetividad.
El futuro llegó hace rato, pero todos los días hay que desafiar la hiperconectividad que lleva al lector a estar sobreexpuesto a cualquier cantidad de noticias. Ahora los medios no solo compiten entre sí, también con contenidos que consumen el tiempo de la gente de cualquier edad. Sin embargo, entre tanta información, tienen la oportunidad de transformarse en una referencia porque a la hora de validar datos, el público siempre vuelve a ellos.
¿Tienen salvación los medios tradicionales? Es muy pronto para decirlo. Se oyen pocas voces pidiendo una reforma, como es el caso de algunos periodistas profesionales y comprometidos con el desarrollo equilibrado de los medios integrándose y convergiendo hacia la innovación sin perder calidad y claridad.
Difícilmente se van a corregir o adaptar por sí solos; sólo la presión de no perder audiencias y por ende, el sustento publicitario, puede provocar la reacción y la adaptación a la nueva realidad.
Es evidente que una sociedad necesita de medios de calidad alta, profesional y ética.
Por el momento, muchas personas están sustituyendo ese tipo de medios por versiones electrónicas de portales que nacieron ya de forma digital, con poca rigurosidad en los procesos de gestión de información y poco compromiso con la generación de trabajo genuino.
Más pronto o más tarde necesitamos buena información, bien desarrollada, bien investigada, bien validada, con un alto grado de confiabilidad. Hay mucho en juego cuando se pierde a la posibilidad de esa clase de información.
Mientras esto ocurra, los nuevos medios, los no tradicionales, deberían desarrollar su lugar y aceptación en la sociedad precisamente a través de procesos informativos con un alto nivel de ética, profesionalismo y responsabilidad. Eso irá construyendo un prestigio que les permita finalmente influir y ser aceptados en la sociedad.
Discusión o debate, que en el fondo alimenta un único desafío: “Sostener y defender la verdad, la calidad editorial y libertad de expresión sean medios tradicionales o los emergentes nuevos medios “. Innovar. Crear. Desarrollar. Invertir para generar diversidad de opinión y siempre, buscando el desarrollo de trabajo e inclusión.