El coronavirus se está expandiendo rápidamente en nuestra región: sólo en América del Sur hay más de medio millón de casos. Aunque haya llegado más tarde que en otros lugares, la pandemia avanza a paso firme en los países sudamericanos, especialmente en Brasil, Chile y Perú. Esto llevó a que la Organización Mundial de la Salud advirtiera que nos hemos convertido en el actual epicentro del COVID-19.
Si bien nuestro país ha estado a la vanguardia de las medidas de control de la pandemia, no podemos ignorar lo que están atravesando nuestros hermanos latinoamericanos. En este sentido, la integración regional es una herramienta primordial para limitar de manera conjunta el avance de esta enfermedad. Éste nos permite coordinar políticas, trabajar en equipo y estar en permanente diálogo con las autoridades de los demás países conocer cuál es el panorama regional.
Desde el Parlasur, ante la imposibilidad de reunirnos presencialmente, comenzamos a dialogar de manera virtual, tanto desde las distintas Comisiones de Trabajo como la Mesa Directiva. Con el propósito de unir esfuerzos y recursos para dar batalla a esta infección, hemos avanzado en múltiples iniciativas.
Por un lado, la creación de un Fondo de Emergencia para combatir el COVID-19 a través del Fondo de Convergencia Estructural, que destinará 16 millones de dólares al proyecto “Investigación, Educación y Biotecnología aplicadas a la Salud” para mejorar las capacidades de diagnóstico del virus. Por el otro, desde la Comisión de Asuntos Internacionales, se propuso la creación de un Observatorio de seguimiento a la Pandemia del COVID-19 que tendrá en su interior cuatro ejes de trabajo: salud, economía, frontera y migración, y derechos humanos y democracia. Esta iniciativa permitirá estar en constante comunicación entre los Estados miembros para seguir planteando estrategias coordinadas a nivel regional.
Además, la Mesa Directiva se reunió el pasado 14 de mayo para tratar el desenvolvimiento de la situación en cada país. Allí se pusieron en común los principales puntos relativos al avance de la enfermedad y sus consecuencias económicas y sociales, como también las respuestas brindadas desde cada Estado. Este es un paso fundamental para saber de qué manera se ha trabajado y cómo seguir avanzando.
La importancia del regionalismo hoy está más vigente que nunca. El coronavirus no distingue fronteras, nacionalidades ni colores políticos, y por eso debemos estar unidos frente a él. La coordinación de medidas, el intercambio de información y el diálogo constante son algunas de las herramientas que los bloques regionales nos brindan en este contexto y que debemos aprovechar. Es importante que como sudamericanos, sobre todo al habernos convertido en el nuevo epicentro de la pandemia, hagamos pleno uso de ellas más allá de las diferencias ideológicas que puedan existir. Desde el Parlasur nos esforzamos diariamente para hacerlo.