Un reconocimiento de Madres

En un año especial en el que se cumplen los 40 años de la primera ronda de Madres en Plaza de Mayo; ellas, las madres de todos los argentinos, me han reconocido compartiéndome su símbolo de lucha.

Ayer por la tarde, me entregaron un pañuelo que no hace más que recordarme lo que escribí hace unos meses; que abracemos “con el alma a nuestras madres y abuelas, las de todos los argentinos. Las que nos mostraron el camino de la paz para combatir el horror y siguen hoy mostrándose eternas”.

El orgullo excede a las pobres palabras para expresar lo que se siente que lo incluyan a uno en tal símbolo de paz. Porque como dije antes, tal alegoría de lucha nos recuerda el camino de paz que es el que han andado todos estos años.