YPF, en defensa del trabajo argentino

Télam Buenos Aires 03/05/2012 La Cámara de Diputados aprobó en general esta noche el proyecto que recupera el control estatal sobre YPF con 207 a favor, 32 en contra y 6 abstenciones. Foto: Fernando Sturla/Télam/cf

Pudimos seguir la promulgación de la ley que hizo realidad el sueño y el reclamo del regreso de YPF al control del Estado.  Fue interpretado y celebrado por la inmensa mayoría de los argentinos como la confirmación de un rumbo y un compromiso del Gobierno y gran parte de la clase política. Se trata de la defensa del trabajo argentino frente a recetas o definiciones universales que responden a intereses muy diferentes a los del pueblo argentino.

Pudimos seguir la promulgación de la ley que hizo realidad el sueño y el reclamo del regreso de YPF al control del Estado.  Fue interpretado y celebrado por la inmensa mayoría de los argentinos como la confirmación de un rumbo y un compromiso del Gobierno y gran parte de la clase política. Se trata de la defensa del trabajo argentino frente a recetas o definiciones universales que responden a intereses muy diferentes a los del pueblo argentino.

Los trabajadores no estamos exentos de esta celebración porque fuimos los principales damnificados de las políticas neoliberales. Hablo de las medidas que depositaron la suerte de cada argentino en manos de un mercado desregulado y global. Fuimos la mayor resistencia al avance de estas políticas que daban la espalda a las necesidades y sueños argentinos.

Hay que destacar también la postura madura de casi toda la oposición política apoyando la ley en general y planteando las diferencias en particular; atendieron primero los intereses del pueblo que los votó. Despojándose de una mirada cortoplacista y del enfrentamiento sistemático, comprendieron la exigencia de la circunstancia y acompañaron el proyecto de la Presidenta para que de ahora en más el estado argentino pueda diseñar y definir soberanamente un política de hidrocarburos.

El objetivo será garantizar el autoabastecimiento y las necesidades puntuales que demanda el desarrollo económico robusto y sostenible de nuestro país. Un desarrollo que implique e incluya activamente a todos los argentinos, sus capacidades y potencialidades.

Con este trascendental paso Argentina evita caer en la trampa discursiva de gurúes económicos que disfrazan intereses particulares y privados de máximas económicas que han fracasado en todos lados. Nunca más la economía puede estar sobre la política, el trabajo extranjero nunca puede pesar más que el trabajo argentino. Aprendimos la lección, y lo ha entendido la gran mayoría de los políticos. Eso celebran hoy todos los trabajadores y todas las familias argentinas.