El humilde origen de Perón

Ríos de tinta podrían formarse con el reguero dejado tras la huella del origen de Perón. Juan Domingo Perón, antes de presidir la nación en tres oportunidades, tuvo una infancia humilde que los historiadores han intentado determinadamente de descubrir. Nada de lo descubierto deshonra la historia de quien lideró un movimiento en el que estampó su nombre y que luchó por la justicia social con la misma vehemencia con la que impuso una mirada nacionalista e independentista de nuestra economía y cultura.

La fecha oficial del nacimiento de Juan Domingo Perón es la del 8 de octubre de 1895. Hoy se cumplen 122 años de esa fecha.

Juan Domingo nació, muy probablemente, en Roque Pérez (perteneciente a la Municipalidad de Saladillo en ese entonces) en 1893, dos años antes de la fecha oficial. Su madre, Juana Salvadora Sosa, procedía de una familia humilde de trabajadores. En cambio, su padre (Mario Tomás Perón) venía de una familia de reconocimiento público: era hijo del médico y profesor de la Universidad de Buenos Aires, con un mandato cumplido como diputado mitrista, Tomás Liberato Perón.

Cuando nació Juan Domingo, Juana y Mario ya tenían un hijo llamado Avelino Mario (o Mario Avelino) pero no estaban casados. Las inscripciones de nacimiento se hacían, entonces, como “hijo natural” de quien lo iba a inscribir a un incipiente Registro Civil (que no tenía sedes en todas las localidades como hoy en día). Así las cosas, Juan Domingo fue inscripto tres veces.

La primera vez, como hijo natural de Mario Tomás Perón, en el Registro Civil de Lobos en el que quedó registrado su nacimiento como el día 7 de octubre de 1895. Se entiende muy poco probable, en aquel entonces, anotar a un niño al día siguiente de nacer, por lo que se asume la fecha de 1893 como más probable.

La segunda inscripción de Juan Domingo fue en la parroquia de Lobos. Lo inscribió su madre como “madre soltera” y con fecha de nacimiento el 8 de octubre de 1895. La ficha indica que el nombre completo de su hijo es Juan Domingo Sosa. Al no estar casada, Juana debió usar su apellido de soltera para bautizar a Juan, aunque mantuvo su segundo nombre (por parte de la abuela paterna, Dominga Dutey).

La tercera inscripción fue en el Registro Civil de la Capital, en razón del matrimonio de Juana y Mario. Allí, se anotó a los dos hijos como frutos del matrimonio y se repitió la fecha del 8 de octubre como la del nacimiento de Juan Domingo. El acta de Matrimonio es del 25 de septiembre de 1901.

Es de destacar que, en aquella época, la inscripción de los nacimientos había comenzado a ser tarea estatal hacía muy poco. En 1884 se aprobó la ley que indicaba que estipulaba la creación de un Registro de Estado Civil de las Personas. En 1890 estaba consolidado como herramienta estatal, pero el alcance nacional llevó tiempo. Dado el contexto, sumado a la tasa de mortalidad infantil de la época, era común que los nacimientos se inscribieran al menos pasados dos años del nacimiento de un hijo. Además, para el caso que nos compete, había que desplazarse desde Roque Pérez hasta Lobos o Saladillo para hacerlo (el camino a Saladillo, dicen, era más complicado por el estado de la ruta).

El origen “oculto” de Perón, como se escribió alguna vez, remite a un pasado humilde y una familia de trabajadores que potencian aún más la conformación de Juan Domingo como un hombre nuevo en el ejercicio del poder, un ejemplo de las oportunidades que da la carrera abierta al talento. El ascenso social marcó su camino en la historia, fortificando aún más las consignas de justicia social que emponderaron y aún emponderan su nombre.