Días atrás, la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), entregó el Doctorado Honoris Causa al presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, en reconocimiento a su trayectoria y su trabajo por la igualdad social y la unión latinoamericana.
“En Bolivia antes gobernaban los gringos, ahora gobernamos los indios”, expresó Evo al recibir la distinción. Quizás sea esa la frase que engloba lo que su presidencia significa para el desarrollo de Bolivia. El modelo de país que encarna defiende los servicios públicos como un Derecho Humano y no un emprendimiento privado; y los recursos naturales como un bien de toda su nación que no debe estar en manos de capitales extranjeros.
El proyecto de país liderado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) no niega su pasado ni su herencia cultural sino que la reivindica. Y reconoce la importancia de la participación de la población en la política, la actividad de los movimientos sociales y de trabajadorxs para el mantenimiento de la estabilidad social, política y económica.
En el modelo de país que Evo Morales encarna “las transformaciones estructurales vienen de la mano de la lucha de las organizaciones de trabajadores y trabajadoras”. Quizás sean algunos indicios que expliquen la razón de que en 2018 Bolivia lidere, una vez más, los índices de crecimientos de los países de América del Sur.
La importancia de la reactivación de la política de diálogo con Chile, durante su presidencia, es un ejemplo más del lugar que el actual Gobierno boliviano otorga a la soberanía de su país. Desde su llegada al gobierno colocó el conflicto histórico con el país vecino, iniciado tras la Guerra del Pacífico, en el centro de su agenda en política exterior. La perseverancia y la concurrencia a organismos internacionales para su resolución, lograron que el caso fuera tratado en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Pese a que el fallo de la Corte Internacional fue desfavorable, Evo continúa defendiendo la soberanía boliviana sobre los 120.000 kilómetros de territorio y los 400 kilómetros de costa del Pacífico perdidos luego de la Guerra del Pacífico y el posterior Tratado de 1904.
Como expresó la Directora de CITRA, y miembro del Consejo Académico de la UMET, Marta Novick: no se trata sólo de un reconocimiento político, sino también académico, a quien logró la estabilidad económica en su país, la nacionalización de los recursos naturales, la soberanía alimentaria, la disminución del analfabetismo y grandes avances en materia de equidad de género.
La permanencia de Evo en la presidencia es importante para toda la región de América Latina. Frente a los avances de modelos neoliberales, que fomentan la xenofobia y el distanciamiento entre los pueblos latinoamericanos, Evo es símbolo de hermandad y de la lucha por la soberanía de los países de la región. Tal como expresaba el Rector de la UMET, Nicolás Trotta, “Evo es el presidente de todxs lxs latinoamericanxs que creemos que es posible transformar la realidad de nuestros pueblos”.