La pandemia de coronavirus se presentó de manera inesperada, alterando nuestro cotidiano rotundamente e impulsándonos a generar nuevas formas de interactuar para cuidar nuestra salud. En este contexto, el mundo del trabajo se encontró con una serie de desafíos y obstáculos nunca antes vistos por las generaciones más jóvenes: ¿cómo hacer frente a una pandemia? ¿nos podremos adaptar? ¿qué cambios implica para los trabajadores y trabajadoras?
Para responder estas preguntas, la socióloga, directora de la carrera de Relaciones del Trabajo de la UMET e investigadora CONICET en el Citra, Marta Novick, nos invita a analizar brevemente las consecuencias de la pandemia en el mundo laboral.
En primer lugar, Novick afirma que para analizar la actualidad es importante tener en cuenta que el mundo del trabajo viene modificándose a causa de “la globalización (en su última etapa financiera), las tecnologías y sus transformaciones, con diferentes implementaciones según tipo de empresa y región, y las estrategias de subcontratación y tercerización”. Nos encontramos en un momento de cambio en los ámbitos del empleo, del trabajo y de las relaciones laborales. Además, a la hora de analizar nuestro país, para la especialista debemos tener en cuenta que “las políticas de los últimos cuatro años no se preocuparon ni por la economía ‘real’ y productiva, ni por el trabajo ‘decente’”, agravando el panorama para los trabajadores y trabajadoras.
En segundo lugar, menciona que para observar los desafíos que conlleva la pandemia hay que “tener en cuenta las políticas que se tomaron, como la ley de suspensión de los despidos y la implementación de los ATP (programa de Asistencia al Trabajo y la Producción) y los IFE (Ingreso Familiar de Emergencia)”. Estas líneas de acción aplicadas a nivel nacional atenuaron las posibles consecuencias de la pandemia en el mundo del trabajo. De no haberse implementado estas políticas, como afirma Marta Novick, hoy hablaríamos de consecuencias mucho peores en los ámbitos de la asistencia sanitaria, las condiciones de teletrabajo, la sobrecarga de tareas de cuidado y laborales, y la disminución de los ingresos de gran parte de las familias.
El panorama actual pone en evidencia la fuerte necesidad de contar con profesionales formados para llevar adelante análisis criteriosos del mundo del trabajo. En este sentido, la UMET imparte la Lic. en Relaciones del Trabajo (RT). Para la directora de dicha carrera, “un egresado de RT de la UMET no es semejante a un egresado de otras universidades, por una serie de razones: a) la perspectiva que fundamenta la carrera está asociada con el mundo del trabajo y en ella priman los derechos y perspectivas de los trabajadores/as; b) tienen una fuerte impronta de prácticas profesionales que ubican al futuro egresado/a en la complejidad del campo, en su construcción histórica y en la perspectiva internacional; c) al no ser una carrera masiva, la relación profesor/a-estudiante constituye una base de contención muy importante; d) poseen un equipo docente de altísima calidad y experiencia, y e) un número significativo de estudiantes provienen de la práctica sindical, lo que le da un perfil muy particular a la carrera”. Durante el tiempo que lleva transcurrida la pandemia, la UMET ha continuado con el dictado de clases de manera virtual, preservando la salud de estudiantes, docentes y no docentes, y garantizando la continuidad del ciclo lectivo.
Desde el Grupo Octubre creemos que trayectos de formación como la Lic. en Relaciones del Trabajo son primordiales en la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. El mundo laboral se transforma a pasos agigantados y estos cambios requieren de profesionales idóneos, que tengan un pensamiento crítico y estén preparados/as para sumergirse en este campo laboral. Por eso, nos ocupamos de que aprendan a analizar, aplicar y velar por el cumplimiento de las normas que regulan las relaciones laborales; a diseñar, evaluar e implementar políticas públicas en materia de empleo y formación profesional; y a adecuar el marco normativo vigente para adaptarlo a las transformaciones del contexto laboral. El mundo del trabajo será un poco más justo, siempre y cuando contemos con profesionales dispuestos/as a nivelar las condiciones en favor de los y las trabajadoras, y dirigentes tanto sindicales como empresariales que comprendan el diálogo social y el compromiso entre capital y trabajo, para así generar crecimiento y disminuir la desigualdad.